El papa Francisco recibió a miles de ciegos y sordomudos en el Aula Pablo VI del Vaticano y su discurso fue traducido a la lengua de los signos por voluntarios distribuidos en toda la sala.
Francisco recibió a cerca 8 mil personas pertenecientes al Movimiento apostólico italiano de ciegos y a la llamada Pequeña Misión para los sordomudos, a quienes dijo que «quien reconoce la propia fragilidad y sus límites, puede construir relaciones solidarias en la Iglesia y en la sociedad».
El pontífice recordó a los presentes el episodio de la Samaritana y su encuentro con Jesús, que se describe en el Evangelio, porque -dijo- «es un ejemplo claro del tipo de personas que Jesús amaba encontrar para hacer de ellas sus testigos, personas marginadas, excluidas y despreciadas».
Jorge Bergoglio señaló que Jesús también «fue un excluido» y que «encontró personas enfermas, discapacitadas, para curarles y restituirlas su plena dignidad», y destacó «cómo estas personas se convirtieron en ejemplos de lo que quiere decir la cultura del encuentro».
«La persona enferma y discapacitada puede a partir de su fragilidad, de su límite, convertirse en testigo del encuentro, del encuentro con Jesús que abre a la vida, a la fe, y al encuentro con los otros», añadió.
Tras su mensaje, el Papa dedicó casi una hora a saludar a decenas de discapacitados, entre ellos un grupo de ciegos con sus perros guías.