Miguel Passarini
Pocas obras pertenecientes a las escénicas locales tienen en su haber un periplo como el alcanzado por Frankenstein, un amigo diferente, uno de los primeros trabajos en la dirección de la talentosa actriz, dramaturga, directora, docente, DJ y percusionista Simonel Piancatelli, que logró algo infrecuente para un montaje de estas características y no para de sumar nuevos públicos y desafíos.
Surgida al calor del programa Comedia Municipal Norberto Campos en 2018, donde los proyectos se concursan de forma democrática y los elencos se eligen a través de castings abiertos, tras la fundacional temporada en La Comedia y luego de siete años de ofrecer funciones en diversos escenarios tanto dentro como fuera de la ciudad, este lunes 7 de julio la producción desembarcará por primera vez llega Teatro Broadway, empezando a cerrar de este modo una historia que del teatro oficial pasó al independiente y que ahora la lleva a probarse en la arena comercial.
Basada en el clásico Frankenstein, novela escrita por Mary Shelley publicada originalmente en 1818, pero revisando sus lugares comunes dejando entrever que quizás el monstruo no sea aquél que aparenta serlo a simple vista, el staff de esta producción recomendada para toda la familia cuenta con la dirección general de Simonel Piancatelli, asistencia de dirección de Fran Alonso y la actuaciones de Luciano Temperini, Claudia Simón, Mauricio Tejera Ferrúa, Cecilia Li Causi, Marcela Ruiz Álvarez y Felix Alcalá.
Un monstruo piadoso

“Frankenstein, un amigo diferente busca acercarse a los espectadores como lo que es, una criatura fantástica llena de secretos y de preguntas para desentrañar junto con el público, interrogantes que permitan repensar la forma cotidiana de educar y de relacionarnos”, adelantan desde el equipo artístico.
Y suman, acerca de esta versión que es una adaptación teatral para infancias, adolescencias y familias de la clásica novela a más de dos siglos del texto basal: “El monstruo que protagoniza Frankenstein, un amigo diferente no es vengativo sino piadoso, es un ser cargado de bondad que asume su condición no humana y su aspecto algo aterrador, para construir vínculos genuinos donde la apariencia no es una medida de valor. Frankenstein se hace cargo de su imagen y construye vínculos cargados de emotividad y autocrítica. Este supuesto monstruo encarna los valores que se quieren transmitir: la ausencia de prejuicios, la aceptación y el reconocimiento de uno mismo para poner en valor el ser antes que al parecer”.
Todos los públicos
Respecto de este nuevo tramo en el profuso recorrido de Frankenstein, un amigo diferente, una obra verdaderamente entrañable de las escénicas locales, Simonel Piancatelli planteó: “Es una propuesta que nunca dejamos de hacer; nunca nos fuimos del todo. Desde su estreno en 2018, fueron siete años de hacer y hacer funciones. En todo el tramo que hicimos de manera independiente que es con el que llevamos la mayor cantidad de tiempo, trabajamos muchísimo para escuelas en el Teatro Vigil (sala Saulo Benavente), o vamos directamente a las escuelas de diferentes ligares, pero particularmente es una obra que no ha parado de darnos alegrías. Con el tiempo, nos dimos cuenta que más allá del paso de los años sigue siendo vigente, sentimos además que es una obra muy necesaria, porque trata temáticas que son inagotables como el bullying, las nuevas familias, el rol de los padres, las problemáticas de la adolescencia. Es decir: una serie de conflictos que aparecen en el momento en el que nos estamos descubriendo, en ese momento que tomamos conciencia de nuestra verdadera identidad”.
Y en el mismo sentido, planteó su mirada respecto del desafío que implica pasar de lo alternativo a lo comercial y probarse en el teatro más grande la ciudad con capacidad para casi 2 mil espectadores, con la posibilidad de ofrecer más de una función a partir de la de este lunes 7 de julio: “Es la primera vez que entramos en el teatro comercial, un teatro enorme como el Broadway en el corazón de la ciudad, y obviamente que queremos llenarlo, por eso estamos invitando a todas las familias, porque así fue pensada esta obra en la que llevamos a escena lo monstruoso, no solamente desde lo infantil, sino también desde la adolescencia. Esta obra tiene como clave un personaje nuevo que no es de Mary Shelley sino que es nuestro, que es el personaje de Ana Frankenstein (la narradora de la historia), un personaje con el que muchas adolescencias pueden empatizar, con esa figura, con ese rol, por eso nos gusta decir que no es un infantil en un sentido clásico, sino que es una obra para las familias en todas sus formas y particularidades. Incluso con los más grandes también armamos un puente generacional, dado que la obra tiene música de Los Rolling Stones”.
Respecto de qué cosas cambiaron para ella como artista en estos años donde encontró un lugar en las escénicas locales, ámbito en el que también estrenó con gran repercusión de público y crítica una obra para adultos, Paradero, donde transita temáticas vinculadas al colectivo LGTBIQ+, expresó: “La que contamos a partir de la historia original es una historia adaptada a una serie de problemáticas que pertenecen a la agenda del presente. Yo también soy docente y ver pasar a tantos chicos y chicas en todos estos años, porque además tengo alumnos de todas las edades, me cambió a mí como persona y pude descubrir que no estaba tan sola en esto. Recuerdo cuando adaptamos esta historia junto con Fran Alonso, que además es el asistente de dirección, descubrimos que mucho de lo que quedó habla bastante de lo que fue mi infancia y mi adolescencia. Yo soy de un pueblo, quizás allí me sentía bastante sola, bastante «monstruosa», porque así es como te ven los demás en esos contextos. Y eso, lamentablemente, no ha cambiado tanto y hay que seguir militando más allá de que sí cambió un poco la perspectiva. Pero en este tiempo de hacer la obra no dejó nunca de sorprenderme y me sirvió, como siento que les sirvió a muchos chicos y chicas que la vieron, para entender qué es lo verdaderamente monstruoso”.
Y completó: “Tratamos de aportar desde este lugar y no es sólo entretenimiento, sino que contamos una historia e intentamos dejar un mensaje positivo a partir de una estética que tiene mucho del cómic, muy atrapante para los más chicos. Y en cierto modo y salvando las diferencias, desde lo ideológico, me pasa lo mismo que con Paradero que también escribí y dirijo. Es una obra que mientras la escribía pensaba que no le iba a interesar a nadie y por suerte le interesó y le interesa a mucha gente. Es una obra sobre una pareja de mujeres pero yo quería que le interese a todo el mundo, no sólo a los que estamos dentro del colectivo LGTBIQ+”.
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Finalmente, respecto de la quijotada de este nuevo salto que proponen en equipo con una obra que quizás ya tenga destino de clásico en la cartelera rosarina, la directora planteó: “Costó y cuesta mucho sostener un proyecto tantos años, pero creemos mucho en esta obra, en lo que contamos y en cómo lo contamos; es un proyecto con una escenografía gigante que cuesta muchísimo moverla y nosotros seguimos siendo artistas independientes más allá de que podamos llegar al Broadway, porque hacemos todo: el flete, ubicamos la escenografía, hacemos la puesta, las luces; nos ocupamos de todo y sobre todo, y quizás sea lo más importante, sentimos que vamos por el camino correcto, que es por acá”.
Para agendar
Frankenstein, un amigo diferente se presentará este lunes 7 de julio, a partir de las 15, en el marco del comienzo de las vacaciones de invierno, en el Teatro Broadway (San Lorenzo 1223), con entradas populares que se pueden adquirir en la boletería del teatro en horarios habituales o bien de forma online ACA. IG: @frankensteinrosario