La misma semana en que el Indec dio a conocer que el primer trimestre del año fue el segundo de caída de la economía argentina, dos gigantes como Brasil y los Estados Unidos mostraron sus propios retrocesos en materia de producción, lo que al menos revela una situación internacional no demasiado estable.
La agencia internacional Reuters calificó de “colapso” la caída del 2,9 por ciento de la economía estadounidense, aunque las informaciones también dieron cuenta de que en la actualidad ya se estaría registrando un fuerte rebote.
Se trató en ese caso de una de los peores desempeños históricos en un contexto que no es técnicamente una recesión para la producción en el gran país del norte.
Para los economistas, la caída en el PBI norteamericano en la primera parte del año se debió a factores pasajeros: por un lado el crudísimo invierno que atravesó el país, pero también los recortes en beneficios para desempleados y recortes en ayudas alimentarias que hicieron disminuir el consumo.
Esas situaciones habrían sido ya dejadas atrás por lo que el segundo trimestre estaría mostrando una cara renovada.
Sin embargo, la fotografía hizo recordar la recesión más profunda en 70 años, que Estados Unidos vivió desde 2008 y que sumió al mundo en una crisis de la que todavía no se recupera.
Y la situación preocupa políticamente a los demócratas, que deben enfrentar elecciones legislativas a fin de año.
“Lo que siempre le recuerdo a la gente es que, sobre casi todos los indicadores económicos, estamos mejor que cuando comenzó mi gestión”, repite Obama cada vez que puede.
Mucho más al sur, la economía brasileña creció 0,2 por ciento en el primer cuarto del año, un dato que preocupó al gobierno de Dilma Rousseff, en carrera para la reelección.
El ministro de Economía Guido Mantega advirtió que “la mayor economía del mundo, la de Estados Unidos, se contrajo y eso nos hiere porque significa que ellos importan menos”.
Al igual que sus colegas del norte, Mantega se mostró optimista con respecto a lo ocurrido en el segundo trimestre: señaló que la inflación cae, lo que da más poder de compra a los consumidores, al tiempo que la “volatilidad” de los mercados financieros internacionales disminuye.
La presidenta Rousseff dijo que “no se puede explicar por qué” Brasil no crece más y aseguró que están dadas “todas las condiciones” para que la economía se muestre vigorosa.
“Parece haber un malhumor hacia Brasil en la actualidad”, se quejó la dirigente del Partido de los Trabajadores.
Interpretaciones aparte, los datos de esta semana a nivel internacional no pueden ser equiparados con las situaciones particulares que atraviesa la economía argentina.
Sin embargo, la situación habla de un mundo que todavía sigue reacomodándose depués de la profunda crisis que atravesó, sobre todo en el año 2009, y en la que los grandes jugadores globales ensayan distintas estrategias para sobrellevarla, teniendo en cuenta tanto tensiones internas como externas.