La firma Monsanto suspendió ayer la construcción de una planta de tratamiento y embolsado de semillas en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas por la falta de materiales que le generó un bloqueo ambientalista que lleva catorce días, y el gobernador José Manuel de la Sota responsabilizó al kirchnerismo por la protesta.
Decenas de vecinos de la localidad, integrantes de organizaciones ambientalistas y militantes de partidos de izquierda permanecían en el acceso al predio donde se construye la planta hace dos semanas y piden que la empresa no se radique en la zona, a unos quince kilómetros de la capital provincial.
A las protestas se sumaron en los últimos días militantes que se identificaron como “kirchneristas”, quienes colaboraron en la resistencia al fallido intento policial del lunes por romper el bloqueo.
Tras ello, la multinacional anunció que suspenderá la construcción, pero no puso plazos para retomar el trabajo, lo cual fue interpretado como un esfuerzo por descomprimir la situación.
El gobernador De la Sota acusó al gobierno nacional de “agitar el conflicto” y reclamó a la presidenta Cristina Kirchner que pida “a su gente” que “pare la violencia”.
La empresa dice que cumple con todos los requisitos exigidos por los gobiernos nacional provincial y municipal, pero los manifestantes sostienen que la actividad del establecimiento será contaminante y lesiva para la salud de los vecinos.
Al frente del bloqueo está la agrupación Madres de Barrio Ituzaingó, que anteriormente lideró la lucha contra las fumigaciones en los cultivos vecinos que provocaron un incremento de los casos de cáncer y nacimientos con malformaciones.