Search

Fue asesinado de un puntazo por un vecino

La víctima estaba en la casa del tío de su esposa haciendo la sobremesa cuando fue atacada.

Un empleado de la construcción de 32 años falleció ayer por la madrugada en el Heca luego de que un muchacho lo apuñalara en el vientre. Todo ocurrió cuando la víctima junto con el padre del principal sospechoso disfrutaban de la sobremesa del asado del domingo en una vivienda de barrio Puente Gallego. Vecinos y familiares de la víctima fatal pidieron que el acusado –quien quedó detenido ayer por la mañana– reciba una condena ejemplar. “A todo el sufrimiento se suma que nos enteramos de la muerte de mi marido recién al mediodía (de ayer), pero había fallecido a la una de la mañana”, dijo la esposa de la víctima.

Eduardo Miguel Crespi tenía 32 años, estaba casado y tenía un hijo de tres años y otro en camino, ya que su mujer está embarazada de cuatro meses.

“Fue cerca de las 16.30, en la casa de mi tío, donde fuimos a comer un asado el domingo al mediodía”, contó Cintia, la mujer de Crespi, quien detalló que la vivienda en la que se encontraban está ubicada en California al 3600, en barrio Puente Gallego. “Eduardo estaba con el papá del asesino (conocido en el barrio por el apodo de Orejón) tomando algo, mientras que con mi suegra fuimos hasta el supermercado Libertad”, contó Cintia.

De acuerdo con las fuentes, en un determinado momento el Orejón se acercó hasta el lugar y tras protagonizar una discusión con Crespi le asestó una puñalada a la altura del abdomen. La víctima quedó tendida en medio de la galería donde, momentos antes, había comido un asado. El herido fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde fue sometido a una operación y quedó internado en la sala de terapia intensiva.

“Quedó tirado como un perro y un vecino lo llevó en una camioneta hasta el hospital. Estuvimos ahí hasta las 21.30, cuando dieron el último parte médico. Lo habían operado y estaba en terapia”, detalló la mamá de Crespi, quien es oriunda de Santiago del Estero y, si bien debía haber regresado a su casa hacía una semana, por la insistencia de su hijo extendió su estadía unos días más.

La sorpresa

En la sala de cuidados intensivos de los centros de salud la condición general es que los pacientes no pueden estar acompañados. Por eso hay estipulados cortos horarios de visitas para los familiares y dos veces al día se informa el estado de salud de los internados. Por este motivo, ninguno de los familiares de Crespi permaneció en el Heca durante la noche, ya que no iban a poder estar con el herido ni recibir novedades sobre su evolución.

Ayer cerca a las 11.30, Cintia estaba en la puerta de la sala de terapia esperando noticias. Oyó como de a uno nombraban a los pacientes, pero no mencionaron a su marido, por lo que se acercó para preguntar a los médicos, quienes le dijeron que era probable que su esposo hubiera sido derivado a una sala.

“Mi nuera me mandó un mensaje para avisarme que lo habían trasladado. Todos nos pusimos contentos, pero cuando preguntó en la sala le dijeron que Eduardo estaba muerto”, contó la mamá de la víctima.

Cuando recuperó el aliento, Cintia dijo que dejó sus datos en el centro de salud para que le avisaran si pasaba algo y sólo se remitió a contar que los restos de su esposo descansarán en el cementerioLa Piedad.

Sospechoso

Según las fuentes policiales, tras el ataque los testigos del hecho identificaron al agresor como Martín Nicolás B., 25 años, quien vive a sólo dos cuadras de donde cometió el crimen y es conocido en el barrio como Orejón. “El imputado estuvo involucrado en muchas peleas en el barrio y tenía la costumbre de generar disturbios. Sabíamos que iba a volver a su vivienda, por eso en la comisaría 33ª dispusimos un operativo en la zona y lo esperamos toda la noche”, indicó un pesquisa. Ayer cerca de las 10.30 el muchacho llegó, se quedó escondido en un baldío de Montecarlo al 2700 y fue detenido. Luego de ser trasladado a la seccional 33ª, el joven confesó la autoría del crimen y dijo que había tirado la cuchilla en una zanja de la zona, relataron las fuentes.

“Queremos que se haga justicia, que pague por lo que hizo este pibe. Siempre decía que como la hermana era policía no le podían hacer nada, pero ahora va a tener que pagar. No sé por qué lo hizo, mi esposo no se peleaba con nadie. El asesino ése ya traía una cuchilla grande envuelta en una bolsa de nylon. Vino con la intención de herir a alguien”, expresó Cintia entre lágrimas y con la mirada fija en su hijo de 3 años.

La madre de la víctima se expresó en el mismo sentido. “No lo digo sólo porque es mi hijo, sino porque cualquiera te lo puede decir. Eduardo era un chico bueno y trabajador”, dijo la mujer, quien consideró que el asesino “es una rata por causar este dolor terrible”.

Por su parte, María, una vecina de la joven pareja, dialogó con El Ciudadano y dijo que el muchacho detenido los tenía cansados a todos. “Robaba cualquier cosa: herramientas, jaulas vacías o con pájaros, lo que encontraba al alcance. Por eso, más de un vecino lo agarró a trompadas. Sacaba una maceta de algún patio y la vendía por dos pesos en la casa siguiente. Lo peor es que algunos se la compraban. Después se iba a comprar droga”, señaló la mujer.

10