Héctor del Castillo había salido el domingo a la mañana a juntar latitas. El Comando lo detuvo porque juzgó que estaba alcoholizado. Horas después terminó en coma en el Heca. Este viernes falleció como consecuencia de severo traumatismo de cráneo.
Desde el 12 de mayo Del Castillo estaba internado en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), en coma y con traumatismo de cráneo severo. El hombre, de 45 años y oriundo de Puerto San Martín, había salido el domingo por la mañana a juntar latitas, cuando el Comando Radioeléctrico de San Lorenzo lo detuvo porque juzgó que se encontraba alcoholizado y lo demoró, como si hubiese cometido un delito, en la sede de la Unidad Regional XVII, en vez de trasladarlo a un centro médico.
Este viernes, Del Castillo murió y sus familiares, en medio del dolor, piden explicaciones de lo sucedido y sospechan que se trató de otro caso de violencia institucional.
Desde la Fiscalía Regional dijeron este viernes al mediodía que, conocido el fallecimiento de Castillo, hay medidas en curso para dilucidar la muerte del hombre: “Se solicitaron cámaras de seguridad del recorrido que generalmente hacía; se tomaron datos aportados por los familiares, entrevistas s a familiares y allegados. Y se solicitará la autopsia y análisis de historia clínica. Ya se tiene identificado a los agentes que intervinieron en su detención. Se evaluarán todos los datos que se reciban”.
El domingo por la noche, la hermana de Héctor se enteró de que el hombre estaba internado en el Heca de Rosario. “Hay 12 horas en las que no sabemos qué pasó”, lamentó Claudia. “Cuando vuelvo a San Lorenzo, paso por la Policía y me dijeron que mi hermano fue levantado en la vía pública a las 8.30 horas aproximadamente, en estado de ebriedad. Pero mi hermano salió bien de mi casa. Él tomó, pero no para estar tirado en el piso”, reconstruyó la mujer en diálogo con El Ciudadano.
Salió a juntar latitas, lo demoraron y ahora está internado grave
Días atrás, Claudia remarcó que su hermano no tiene antecedentes penales. Los domingos era habitual que saliera a juntar latitas para juntar unos pesos, ya que hace 7 años Héctor había sufrido un asalto y le pegaron un culatazo en el ojo y lo perdió. Tenía un certificado de discapacidad y se encontraba desempleado.
“Lo levantaron para resguardarlo y lo llevaron. Y me dijeron que en el patio de la Comisaría 1ª se descompuso y se cayó al piso. Pero mi hermano recién ingresó a las 11 horas al hospital de San Lorenzo. El caso pasó a Fiscalía”, señaló Claudia.
Hasta el momento, fuentes oficiales no dieron cuenta de por qué Héctor del Castillo fue demorado tanto tiempo y mucho menos de cómo sufrió el golpe que lo dejó en coma: “A lo que voy es que él ingresa con el nombre al hospital de San Lorenzo. ¿Cómo no nos avisaron? Luego lo trasladan al Baigorria. Le hicieron tomografía. Y como estaba muy grave lo trasladan al Heca”, dijo sin dejar de sospechar del relato de la Policía.
El caso quedó en poder de la fiscal de San Lorenzo Melisa Serena. El parte de Fiscalía indicó que “según los testimonios recabados al arribar a la comisaría 1° se desvanece y comienza a convulsionar, por lo que se solicita la presencia de una ambulancia que constata una lesión en la cabeza. Héctor fue derivado al hospital Granaderos a Caballos de San Lorenzo”.
El 13 de mayo, el área de prensa del Ministerio Público de la Acusación, en línea con la versión policial, expresó que “se comisionó al médico policial para constatar lesiones; según el informe médico las lesiones tienen data de aproximadamente 10 o 12 horas previas a la aprehensión”.
Hoy, en declaraciones al diario Pregón, el jefe de la URXVII, Gonzalo Paz, sostuvo: “El servicio médico que lo atiende observa que tiene un golpe bastante fuerte en su cráneo y se realiza el traslado. Tenía un golpe previo de varias horas, al momento de verlo en la vía pública ya tenía ese golpe y con el correr de las horas se agravó. Él se cae también en jefatura, pero el golpe fuerte es previo”.
Esta versión fue puesta en duda por la familia de Héctor, que en diálogo con este diario dijo que el diagnóstico de una lesión previa, “es todo mentira”.