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Fue un lujoso Mercedes negro

Alemania pasó por encima al equipo de Maradona. Una dolorosa derrota por cuatro goles que quedará marcada por la supremacía y solvencia de los alemanes. Habrá que pedirle prestado el LCD a los Brasileños.

Por Alejandro Girardi / elciudadanoweb.com

A veces se gana, se empata, se pierde… Y de vez en cuando te golean. Argentina sufrió a un equipo Alemán que absorbió los nervios criollos y los transformó en tranquilidad. Era un Mercedes último modelo que se desplazaba por la cancha con estabilidad, la temperatura baja y con el agarre justo para sorprender cuando lo necesitaba. Contundente. Frío. Lapidario.

El esfuerzo argentino valió la pena. Siempre el esfuerzo vale la pena, pero no alcanzó y el resultado habla a las claras. Diego analizó el partido entre Alemania e Inglaterra, sabía bien de qué se trataba… Pero le pasó lo mismo.

“Ellos hablan afuera. Nosotros hablamos en la cancha” arengaba Diego en la previa. No sirvió. El gol tempranero congeló aún más las piernas de un temeroso Otamendi, sin experiencia internacional. El muchacho de Vélez hizo lo que pudo, muchas veces mal. Como en la falta a los dos minutos, como la falta de marca ante Müller, como la falta de precisión en la decena de pases mal entregados… Le faltó de todo. No es su culpa, claro. La contundencia y el temple alemán pudo más. Jugar tranquilos fue su virtud. Aprovecharon la cancha, achicaron, se replegaron, salieron de contraataque con velocidad. Parecían un Mercedes. Sí, color negro y con llantas doradas.

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