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«Fue una pesadilla, la peor de nuestras vidas»

Mara P. tiene 32 años, vive con su marido y sus hijos en Travesía y Génova, y denunció que el jueves pasado "policías nos golpearon, nos abusaron, entraron a casa sin orden de allanamiento destruyendo y rompiendo lo poco que tenemos". Dialogó con El Ciudadano tras radicar la denuncia en Fiscalía.

Mara P. tiene 32 años, vive con su marido y sus hijos (dos adolescentes y tres niños pequeños) en Travesía y Génova, en la zona noroeste de Rosario. El jueves pasado podría haber sido un día como cualquier otro, pero según aseguró en diálogo con El Ciudadano, “se volvió una pesadilla”. “La peor de nuestras vidas, porque vinieron a eso de las 9 y media de la mañana dos chatas con policías hombres y mujeres que nos golpearon, abusaron, entraron a la casa nuestra sin orden de allanamiento robándonos, destruyendo y rompiendo lo poquito que con tanto trabajo logramos comprarles con mi esposo a nuestros hijos”, dijo.

Luego de estar detenida en la comisaría 8ª junto a su hermana y su hija de 16 años durante 11 horas, la mujer explicó que al día siguiente (por el viernes pasado) radicó la denuncia de los apremios y las agresiones sufridas en Fiscalía y de allí la enviaron a los Tribunales provinciales para que las revisen el médico legista que, de acuerdo a lo que contó, constató lesiones en distintas partes del cuerpo de ella y de su hija adolescente.

Interviene en la causa la Fiscal Karina Bartocci de la Oficina de Violencia y Corrupción Institucional, quien ordenó medidas para corroborar los datos de la versión policial, exámenes médicos para la constatación de las lesiones, entrevistas a víctimas y familiares, y relevamiento de las imágenes de las cámaras de la comisaría. Se dio intervención a Asuntos Internos.

“El peor día de nuestras vidas”

Mara contó con tranquilidad pero angustiada hasta las lágrimas el calvario que vivió junto a su familia: “El jueves 11 entre las 9.30 y las 10 de la mañana yo estaba durmiendo en casa con mis tres hijos más chicos, un nene de 9 años, la nena de 11 y otro de 12 años. Mi marido se había ido a trabajar a las tres de la madrugada y me levanté a buscar agua de la heladera cuando sentí que mi hermano de 18 años abrió la puerta y en ese momento frenó con todo una chata de la Policía”.

Siempre en base a lo que contó Mara, vieron que Agustín, uno de sus hijos que tiene 17 años estaba en el portón de ingreso hablando con policía que “tenía el arma en la mano, apuntando para el piso y otro pegándole”.

“Entonces salgo y le pregunto por qué hacían eso y me dijeron que no me meta. Mi hermana me dijo que filme todo lo que estaba pasando y cuando ven que los estaba filmando llamaron a mujeres policías, eran cuatro, y me empezaron a pegar en los brazos. Yo les pedía a los vecinos que agarraran mi celular pero me agarraron de los pelos, me arrastraron y me subieron al patrullero y me gritaban que todo lo que yo tenía en mi casa era robado”, dijo.

Mara también recordó que la tiraron al piso, boca abajo, y le gritaban que “era una sucia rastrera» y que “una de las policías me pisaba la espalda mientras las otras intentaban sacarle el celular” en el que según contó, había quedado registrada la golpiza que le dieron a su hijo adolescente.

“Cuando estaba boca abajo en el suelo –agregó– mi hermana les decía (a los agentes) que yo tenía derechos y las policías le contestaban que no tenía derecho a nada”.

https://www.youtube.com/watch?v=V2mowRq6QTY

Golpes, destrozos y detenciones

En medio del accionar policial, un vecino alertó a otra de sus hijas, que tiene 16 años y esa noche se había quedado a dormir en la casa de sus abuelos. “En un momento una policía me preguntó quién era la otra rubia, era mi hija de 16 años y le pegaban y le pegaban. Ella había ido a buscar a los hermanos de 9, 11 y 12 años. Ella les preguntó si tenían una orden de allanamiento y le dijeron que no necesitaban ninguna orden. La pisaron, le hicieron de todo. A mí me sacaron la alianza de casamiento, dos cargadores de celulares, una mochila y entraron a mi casa y rompieron el ropero, ventilador, aparadores y sacaron toda la ropa y las boletas que tenía guardadas en cajas de las cosas que yo voy pagando”, relató.

Después, la mujer contó que llevaron a su hijo, a su sobrino, a su hija adolescente, a su hermana y a ella a la comisaría 8ª.

“A mi hija la entraron a una celda y le siguieron pegando. A mí y a mi hermana nos sacaron las pertenencias, a mi hermana 1.700 pesos que no se lo devolvieron y tampoco le devolvieron la pulsera y el anillo de plata. Nos obligaron a desnudarnos delante de oficiales varones y a mi hija le hicieron dar una vuelta y le decían ‘dále, sacáte todo, sucia'».

“Me obligaron a sacar la contraseña del celular y borraron el video que había filmado cuando le estaban pegando a mi hijo, me ficharon, me marcaron tinta en los dedos. Fue la primera vez que me pasó. Yo no sabía que cuando te llevaban presa te tenías que desnudar toda. Fue horrible. A mi hermana la dejaron ir a las seis y media de la tarde y a mi hija y a mí a las ocho y media de la noche”, recordó.

La salida

Mara contó que en la comisaría le dijeron que para liberarlas “tenían que esperar la orden del fiscal» y también dijo que “en ningún momento llamaron al médico forense”, por eso la mujer fue al día siguiente a la Fiscalía y radicó la denuncia de por los apremios y el allanamiento sin una orden aparente.

“El 1º de febrero tengo que ir a la Fiscalía para recuperar lo que me sacaron. Yo tengo todos los papeles de las cosas que ellos decían que eran robadas. Los celulares de todos, las tablets, todo se llevaron”, concluyó Mara en diálogo con El Ciudadano.

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