Investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) alertaron este martes sobre la “pérdida de la fertilidad” de los suelos afectados por los incendios del año pasado en los humedales del Delta del río Paraná.
“Los suelos quemados están más compactados y se perdió más del 60% del fósforo generando una disminución de la fertilidad y del equilibrio con otros elementos que participan de la nutrición de la vegetación local”, indicó el primer informe divulgado este martes por los investigadores Néstor Di Leo, Sergio Montico y José Alberto Berardi de la UNR.
Los expertos en suelos de la Facultad de Ciencias Agrarias de la universidad rosarina consideraron como un “impacto relevante la detección de la “disminución del carbono almacenado en el suelo” lo que derivó en “una pérdida media del dióxido de carbono, equivalente a 16 toneladas por hectárea”.
“El destino de este gas de efecto invernadero, junto con el liberado por la vegetación quemada, fue a la atmósfera. De esta manera, tanto los suelos como la vegetación del humedal perdieron su rol de sumideros. Un sumidero es un sistema o proceso natural por el que se extrae de la atmósfera y se almacena un gas o gases, contribuyendo así a luchar contra el cambio climático”, explicaron en el informe.
El delta del río Paraná es un conjunto de humedales, ecosistemas que brindan múltiples beneficios, como abastecimiento de agua y materiales, alimentación, almacenamiento de gases de efecto invernadero, transporte y ocio.
“Los suelos de islas son diferentes a los pampeanos ya que se conforman con sedimentos que el agua va depositando a lo largo del tiempo. Por ello son muy particulares y frágiles frente a la agresión del fuego”, dijo Sergio Montico sobre los suelos afectados en las Islas, ubicadas sobre el río Paraná frente a la ciudad de Rosario.
Para los expertos, “en los incendios se quema gran parte de la materia orgánica, componente vital que determina la acidez, la porosidad, reserva de nutrientes y actividad biológica del suelo”.
“Se pierden nutrientes y, con ello, disminuye la fertilidad, característica que cuesta mucho recomponer en estos ambientes”, advirtieron y sostuvieron que “perder, por ejemplo, nitrógeno y fósforo, significa tener menos recursos para reponerse luego del incendio, ya que estos nutrientes son muy necesarios para las plantas y para el suelo mismo”.
Los investigadores utilizaron GPS de alta precisión que con técnicas específicas relevaron 24 sitios afectados por incendios de diferente severidad, extrajeron muestras de suelos que fueron analizadas en laboratorio y tomaron registros de su compactación.
El informe concluyó que “el humedal y su biodiversidad están en riesgo” y que “ya no hay margen para continuar con esta agresión”.
Los incendios registrados en el primer trimestre de 2020, según estimaciones de expertos y asociaciones ambientalistas, afectaron alrededor de 300 mil hectáreas, más del 17% de su superficie, provocando grandes daños tanto ambientales como sociales.
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