Un prolongado sismo, de magnitud 7,3 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y 6,3 de acuerdo con el instituto de sismología local, sacudió este martes a la tarde a Venezuela causando pánico en la población, sin que hasta ahora se reportaran víctimas fatales. En tanto, las autoridades evaluaban los daños materiales.
En un principio, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (Noaa, por sus siglas en inglés) emitió una alerta de tsunami para la región cercana al epicentro, pero el organismo descartó poco después que hubiera ese riesgo.
El terremoto, que se sintió en la mayor parte del país, ocurrió a las 17.31 local, cuando miles de personas salían de sus trabajos. En Caracas el movimiento, que duró varios segundos, se sintió con intensidad en edificios altos, muchos de los cuales fueron evacuados, por temor a un incidente mayor y a las réplicas.
El movimiento repercutió también, y con bastante fuerza, en la vecina isla de Trinidad y Tobago, e incluso en Bogotá, Colombia, a más de 1.500 kilómetros de distancia.
La torre financiera Confinanzas, una importante edificación conocida como la Torre de David, ubicada en la parroquia La Candelaria de Caracas, sufrió daños como consecuencia del terremoto.
Este edificio, de 45 pisos y 190 metros de altura, experimentó una inclinación en sus últimos cinco pisos. El rascacielos quedó sin terminar luego de que se detuviera la construcción en 1994 debido a la crisis bancaria ocurrida ese año.
Ante el abandono, en 2007 fue ocupado por miles de familias, convirtiéndose en la ocupación ilegal vertical más alta del mundo. Luego, en 2014, fueron desalojados y trasladadas a nuevos proyectos inmobiliarios en la ciudad de Cúa, a 53 kilómetros de Caracas.
Randy Rodríguez, director nacional de Protección Civil (PC) y viceministro de Prevención y Gestión de Riesgo, aseguró ayer que la Torre de David no presenta riesgo de caída.
Rodríguez explicó que el desplazamiento de los últimos pisos tiene que ver con la base de sismo resistencia de la estructura. “La estructura se equilibra ante un evento sísmico”, explicó.
Contrariamente a lo expresado por el viceministro, el director de Protección Civil del municipio Libertador, Hernán Mateo, advirtió que “es probable que el edificio pueda colapsar con cualquier movimiento”.
Las redes sociales se inundaron con mensajes de alarma, especialmente de habitantes de la Gran Caracas, poco habituados a este tipo de fenómenos. En esa zona, que comprende la capital y su periferia, viven unas cuatro millones de personas. “Hacemos un llamado a la tranquilidad. Tenemos activados todo el equipo de evaluación de riesgos”, manifestó Rodríguez ante la televisión oficial.
Los dos últimos sismos más fuertes fueron registrados el 29 de julio de 1967, de magnitud 6,7 en Caracas, con más de 200 muertos, y el 9 de julio de 1997, de 7,0 en Cariaco (Sucre), que dejó 73 fallecidos.
En tanto, la petrolera estatal venezolana PDVSA informó que las refinerías están operando normalmente tras el terremoto.