Al cumplirse un mes de la cinematográfica fuga de la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero, la provincia de Santa Fe, a través del Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, ofreció una recompensa de 1 millón de pesos para quien aporte datos útiles que permitan dar con el paradero de Claudio Javier «Morocho» Mansilla, uno de los tres evadidos que aún están prófugos. Los restantes son Martín Alejandro Cartelli (48) y Daniel David Piscione (31).
Mansilla, de 38 años y con DNI 29.619.828, está considerado como el prófugo de más alto perfil y con contactos relacionados con el narcotráfico con Paraguay, por ello el fiscal Franco Carbone solicitó la captura internacional.
Desde la página oficial del gobierno de Santa Fe instaron a quienes puedan aportar datos comunicarse al teléfono 342-6102073.
También los ciudadanos pueden dirigirse a las sedes regionales del Ministerio Público de la Acusación (MPA):
– General López 3302 en Santa Fe Capital, (Fiscalía Regional N°1 – 342 4585540)
– Sarmiento 2850 en Rosario (Fiscalía Regional N°2 – 341 4861200/4721920)
– Alvear 275 de Venado Tuerto (Fiscalía Regional N°3 – 3462 408807)
– Iriondo 553 de Reconquista (Fiscalía Regional N°4)
– Necochea 44 de Rafaela (Fiscalía Regional N°5 – 3492 453562).
«No cabe duda de que la fuga la organizó Cañete y su gente”, dijo el fiscal Matías Edery
El plan, cómplices y escape
Los fiscales Matías Edery y Franco Carbone contaron que pasadas las 17 del domingo 27 de junio cuatro hombres llegaron en un Peugeot 3008 hasta las inmediaciones de la cárcel de Piñero. Mientras uno se quedó al mando del volante con las puertas y el baúl abierto, Franco Ezequiel C., Rodrigo Leonel G. (imputados el 15 de julio pasado) y Walter Ezequiel Soraire (29), de 29 años, se bajaron. Uno tenía un pasamontañas, otro una capucha y el tercero una careta de mono, aportó la Fiscalía.
Con una amoladora cortaron el primer cerco perimetral del penal y portando cinco armas de fuego –un revólver calibre 38, una pistola 9 milímetros, una ametralladora FMK3 del mismo calibre, la cuarta era una 380 y una 11.25– comenzaron a disparar contra los centinelas que estaban en las garitas. El grupo avanzó unos 200 metros donde pasaron 4 garitas a los tiros y se ubicaron debajo de la quinta, a la altura del módulo D del pabellón 14. Mientras dos disparaban, Soraire cortaba los dos cercos que faltaban para llegar a los detenidos con una amoladora.
Los internos comenzaron a tirarles piedras al centinela de la garita. En este cruce de balas y cascotes, Soraire recibió un disparo en el pecho que resultó fatal aunque terminó su trabajo y el cerco quedó abierto.
Sus dos compañeros más los ocho internos, algunos de los cuales recibieron armas de los intrusos y dispararon contra el personal penitenciario, se fugaron del lugar. Con el apoyo externo de otras tres personas, dos de las cuales restan de ser detenidas.
Subieron a un Peugeot y a un Honda Civic conducido por la cuarta acusada, Elizabeth A., la cual arrojó miguelitos en el camino para evitar que los siguieran, contaron los fiscales.
Esta mujer fue detenida cerca de la 1 del lunes siguiente. Iba al mando del Civic y la acompañaba Leonel Rodrigo G. Un operativo que se encontraba sobre la ruta 14 intentó detenerla y ella siguió la marcha. Se inició una persecución que terminó en barrio Cabín 9, de Pérez.
En el baúl del auto estaba escondidos dos de los evadidos Joel Rojas y Sergio Cañete, este último señalado por la Fiscalía como el organizador de la fuga. Todos fueron imputados el 30 de junio, la mujer y su acompañante por el encubrimiento de la fuga entre otros delitos.
Los fiscales hicieron eje en los autos en los que huyeron los evadidos, el Peugeot 3008 y el Civic, donde encontraron los dos celulares que fueron peritados. Los pesquisas pudieron determinar que pertenecían a dos involucrados en el hecho, Rodrigo G. y Wachín C. Ellos hablaban mucho con una persona detenida y la Fiscalía determinó que se trataba de Cañete, el experimentado ladrón de bancos, de acuerdo a lo que contaron los funcionarios del MPA.
De las conversaciones surgió cómo Cañete y un grupo de al menos seis personas comenzaron a organizar la logística de la fuga que implicó: buscar autos, armas, conocer los horarios, el momento de los ingresos. Edery señaló que hubo una comunicación muy elocuente en la que Franco C. avisó a Cañete: “Ya estamos adentro, ya estamos adentro” mientras en el audio se escuchaban los disparos de fondo.
A partir de allí, la pesquisa intentó desandar cómo se gestó la fuga y cómo Cañete contó que tenía el aval de un peso pesado dentro de Piñero. “Nosotros entendemos que el uno es Mansilla, quien no sólo es el delegado sino la persona más importante dentro del pabellón 14. Como que se habría plegado a esa fuga”, explicó Edery en referencia a Mansilla sindicado en un primer momento como el ideólogo del escape y que aún permanece prófugo con captura internacional junto a otros dos de los evadidos: Martín Alejandro Cartelli (48) y Daniel David Piscione (31).
“No cabe duda que la fuga la organizó Cañete con gente vinculada a él”, dijo el fiscal para agregar que “incluso una persona que tiene un vínculo sentimental con él todavía están siendo buscada”.
En cuanto a Cañete dijo que es una persona que tiene condena por robo a bancos con mucha planificación que está familiarizado con la escenificación que se dio en esta fuga que es casi cinematográfica.
Edery agregó que además de los tres prófugos, en referencia a Mansilla (condenado en ausencia el 6 de julio pasado a 25 años de prisión por los homicidios de los adolescentes Leonel Bubacar y Kevin Neri en septiembre de 2018), Cartelli y Piscione, creen que en el hecho de la planificación participaron al menos dos personas más que las están buscando.
Morocho Mansilla, uno de los prófugos de la cárcel de Piñero, fue condenado por doble homicidio
Los recapturados
Los dos primeros prófugos en ser recapturados fueron Joel Rojas (25) y Sergio Cañete (35). El tercero fue el casildense Alejandro Schmittlein (40) apresado el mismo lunes a las 14.30 cuando era trasladado por un hombre en una camioneta Volkswagen Amarok por un camino rural entre las localidades de Carmen y Venado Tuerto.
En tanto, Ezequiel Rodolfo “Colo” Romero (20) se entregó el miércoles 30 de junio pasado ante el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) luego de que las viviendas de sus familiares fueran allanadas en barrio Santa Lucía.
El quinto fue Alejandro Candia (35) cuando un ciudadano llamó al 911 y dio el dato de que se escondía en una casa de pasillo de Presidente Quintana al 2000. El personal policial lo detuvo el mediodía del 12 de julio pasado y el fiscal Carbone imputó a otras dos personas que lo acompañaban por encubrirlo.
