Un nuevo colegio secundario abrirá sus puertas, en Funes, a partir del próximo año lectivo, con el patrocinio de la Fundación del Gran Rosario. En un predio amplio y arbolado se ubicará un espacio abarcativo que incluirá, además del centro educativo, un centro cultural, un centro deportivo, y un centro médico de rehabilitación; con los cuales el Instituto Universitario del Gran Rosario, intentará alcanzar objetivos, no sólo de enseñanza sino profesionales y sociales con los cuales integrar a la comunidad.
El Instituto Universitario del Gran Rosario intenta, de este modo, sumar a las actividades académicas de nivel superior, que viene desarrollando desde 2007, una escuela de nivel medio, pre-universitaria.
Se trata de un plan integral en el cual se entrelazarán cuatro ejes de acción, el Centro Educativo del Gran Rosario, el Centro Cultural del Gran Rosario, el Centro Deportivo del Gran Rosario y Centro Médico de Rehabilitación del Gran Rosario, los que desarrollarán sus actividades compartiendo un espacio enmarcado por la avenida Hipólito Irigoyen y la avenida Arturo Illia, de la vecina localidad de Funes.
La escuela que llevará el nombre de “Ingeniero Raúl Arino”, será una Escuela Secundaria con orientación a las ciencias naturales y la educación física, insertada en las convicciones políticas y pedagógicas que viene realizando el Instituto Universitario del Gran Rosario; siguiendo las normativas de la enseñanza pre-universitaria contempladas en la ley de Educación Superior 24.521.
“La autorización de la instalación de la escuela “Ingeniero Raúl Arino” en Funes por parte del Ministerio de Educación de la provincia, luego de la aprobación de nuestro proyecto, representa la concreción de un sueño”, marcó con satisfacción el ingeniero Javier Macchi, rector del Instituto Universitario del Gran Rosario.
—¿Cuándo comenzará a funcionar?
—El año que viene iniciaremos el dictado de primer año, y probablemente incorporaremos una división del segundo año, teniendo en cuenta la demanda de inscripciones con las que ya contamos.
Según sus autoridades, se trata de un proyecto educativo, a la vez, novedoso e innovador, asentado en un plan de estudios estructurado en cinco años lectivos, con jornadas extendidas. “Este proyecto educativo de nivel medio –adelantan sus autoridades– se propone formar jóvenes críticos a partir de fomentar su desarrollo autónomo en la construcción individual y grupal del conocimiento. Y, a la vez, ayudarlos a fortalecer su sentido de la responsabilidad en un ambiente donde se pueda jerarquizar la creatividad y el espíritu colaborativo, donde la construcción de saber tenga un anclaje en lo grupal y donde se desarrollen las competencias básicas para la vida democrática teniendo en cuenta que se estarán preparando para acceder al nivel superior de educación universitaria”.
El ingeniero Macchi enumera los pasos a seguir: “Hace unos pocos días nos dieron la aprobación y con ella nos hemos puesto en marcha. Será un desafío que estamos preparados para enfrentar. Empezaremos la inscripción esta semana. El ingreso será para nuestro primer año en 2016, y seguramente vamos a tratar de armar una comisión de segundo año, dado que hemos tenido ya muchos pedidos.
—¿Va a tener alguna especialización?
—La especialidad será en deportes, en actividad física y en ciencias naturales. Es una idea nueva; lo novedoso no es el área sino la metodología de la enseñanza, ya que vamos a trabajar con proyectos. En lugar de hacer un trayecto común entre los alumnos, lo que vamos a hacer es estimularlos, provocar en ellos el hacerse preguntas. Por su parte, la escuela, a través de los docentes, acompañará a cada alumno en su trayecto en pos de las respuestas. Creemos que de este modo cada adolescente canalizará su personal inquietud, sus intereses y su creatividad.
—¿No van a trabajar por materia?
—Vamos a inculcar trabajar por proyectos. Con esta metodología creemos que van a poder trabajar chicos con distintas capacidades, ya que no va haber una barrera común a todos que deberán atravesar sino permitir que cada uno de acuerdo a su capacidad, pueda ir superando sus propias barreras, durante las diferentes etapas por las que vaya atravesando. Con lo cual en esta institución educativa podrán coincidir chicos con discapacidad, un Einstein, o un chico con nivel medio, porque cada uno se adueñará de su proyecto en busca del cual irá haciendo su propio trayecto.
—¿Cuál será, entonces, el rol de la institución y el de sus docentes?
—Acompañar a los alumnos en la búsqueda de las respuestas a los conocimientos generales; inculcarles a dónde pueden ir a buscar esas respuestas para que cada uno vaya avanzando tras su objetivo”.
—¿Los egresados estarán capacitados para insertarse en las diferentes carreras de las distintas universidades?
—Claro que sí. Hay contenidos básicos y contenidos comunes; saldrán con su título de bachiller. Lo importante es la trayectoria que haga cada alumno; llamamos a esto un ciclo por trayecto. Lo destacable va a ser el desafío que cada alumno pueda plantearse. Lo que queremos estimular es que cada chico se haga preguntas; nosotros estamos acostumbrados en la escuela media a que el profesor en el aula desarrolle su tema, y más de uno de los alumnos entiende poco y nada. Un docente parado frente a un grupo de chicos que vuelca un sinnúmero de conocimientos que el chico tiene en su teléfono, si es que tiene interés de acceder a él. Esa educación pensada en el siglo XIX es a la que apuntamos para aportar un escalón nuevo, para agregarle aquello que muchos pensadores nos han invitado a hacer. Por eso apuntamos a una idea distinta: al chico vamos a inducirlo a que se haga preguntas y lo vamos a acompañar para que halle las respuestas. A partir de esta acción va a ser el chico el que va a ir al aula del profesor a demandar el mejor camino para encontrar las respuestas…
—¿Y la guía para su proyecto…?
—Así es: la guía para su proyecto…
—¿Y el profesor se transformará en el tutor del trabajo de sus alumnos?
—Exactamente.
—Es de imaginar que van a tener que nutrirse de docentes, no sólo preparados sino abiertos y dispuestos…
—Tenemos un cuerpo docente cuidadosamente seleccionando, teniendo en cuenta esta nueva metodología. Convocamos a docentes del politécnico. Egresé del mismo y he trabajado por años en él; conozco los beneficios que brinda una educación innovadora. Apuntamos a la idea de una escuela universitaria. En ella queremos reflotar al viejo preceptor; aquél a quien siempre creímos necesario recurrir. E instalar un modelo de preceptor como un guía, el que acompaña y un necesario asistente académico.
—¿La innovación que proponen se adecua a las exigencias básicas del Ministerio?
—Sí, por supuesto. Vamos a adecuarnos a todas las exigencias del Ministerio de Educación de la provincia, con el que trabajamos con coincidencias y en armonía, sobre todo porque lo que le planteamos es un modelo innovador que apunta a darle mayor amplitud a la educación formal. Y ya el Ministerio está viendo este proyecto con mucha atención. Además, por nuestra parte le hemos pedido a las autoridades del Ministerio que monitoreen este modelo, así nos permiten perfeccionar nuestra propuesta.
—¿Por qué eligieron el Ministerio provincial?
—Podríamos haber ido por la Nación, ya que somos considerada una universidad, pero como estamos convencidos de la inserción del IUGR en su zona, en su región, nos decidimos acercarnos al Ministerio de Educación de la provincia. Como nuestro proyecto apunta a ser una escuela regional, una escuela referencial, no podía ser sino provincial.
—¿Por qué el nombre elegido, “Ingeniero Raúl Arino”?
—Porque he acompañado al ingeniero Arino desde su puesto de rector de la UNR y luego en la fundación del IUGR. Y además he sido su amigo personal.
—¿Usted cree que los chicos egresados de esta escuela canalizarán su continuidad educativa en las propuestas terciarias y universitarias que viene brindando a la comunidad el IUGR con su finalidad puesta en la inclusión?
—Sí, creemos que la mayoría así lo hará. Por otra parte ya les dijimos a los padres de los más de 50 inscriptos que tenemos que sepan, desde el primer día, que esta es una escuela inclusiva.
Ya era el fin de la tarde y la entrevista concluía, cuando el ingeniero Macchi, al despedir a El Ciudadano, deslizó: “De este modo cumpliremos, en los próximos días, con un viejo sueño al inaugurar la escuela secundaria Raúl Arino”.