Lucía Demarchi
Un hombre de 38 años fue detenido ayer a la madrugada en su casa de Empalme Graneros, sospechado de ser el asesino de Miguel Benítez, el joven de 19 años que anteayer fue ultimado de un tiro en la cabeza en barrio Moderno. De acuerdo con la Policía, el hombre fue sindicado como el autor del homicidio por dos empleados de un lubricentro de la zona, de donde la víctima y un cómplice habían robado una batería. Es que tras el robo, los trabajadores comenzaron a perseguir a los ladrones en sus autos particulares, junto con un vigilador de la zona, quien habría sacado un revólver y disparado contra los jóvenes, terminando con la vida de Benítez.
Según informaron fuentes de la Unidad Regional II, los hechos que culminaron con el homicidio de Miguel Benítez comenzaron anteayer cerca de las 16, en un lubricentro ubicado en la intersección de avenida Presidente Perón (ex avenida Godoy) y Barra.
De acuerdo con los voceros, dos jóvenes en moto llegaron al lugar y robaron la batería del camión del hermano del dueño del comercio, para luego darse a la fuga a bordo del rodado.
En ese contexto, dos empleados del lubricentro salieron en sus autos particulares –un Fiat 147 gris y un Dodge 1500 negro– en busca de los ladrones. Pero en el Dodge, aparte del conductor iba un hombre al que los trabajadores conocían como Matute y que, según la Policía, trabaja como vigilador particular en el barrio.
Los investigadores señalaron que, después de perderles el rastro por algunas cuadras, volvieron a ver a los ladrones, que iban en la moto, en la zona de Barra y bulevar Seguí.
Según el relato que los empleados del lubricentro hicieron a la Policía, su idea era alcanzar a los jóvenes para recuperar la batería. Pero en el cruce de Barra y Pasaje 1828, cuando los tuvieron cerca, Matute extrajo un arma de fuego –que los conductores del auto no sabían que tenía– y efectuó dos disparos. Uno de ellos fue el que impactó en el parietal derecho de Benítez, que perdió el control de la moto Gilera 110 centímetros cúbicos en la que viajaba y cayó al suelo, para morir poco después.
En tanto, el cómplice de Benítez, que cayó luego de que el conductor fuera herido, fue detenido ayer por el robo de la batería, ya que había huido tras el hecho. El joven, también de 19 años, sólo presentaba algunos raspones.
Después del homicidio, personal de la comisaría 19ª, en base a algunos datos recolectados en la zona, llegó al lubricentro de Presidente Perón (ex Godoy) y Barra, que estaba cerrado.
Por este motivo los uniformados se presentaron en la casa de su propietario, donde encontraron a uno de los empleados –identificado como Gonzalo B., de 25 años– quien iba al volante del Fiat 147 durante la persecución. El joven relató lo ocurrido tras un interrogatorio.
Luego los efectivos dieron con Hernán A., de 34 años y propietario del Dodge, quien contó la misma historia.
Matute fue identificado luego por los investigadores como Maximiliano B., de 38 años, quien horas después fue detenido cerca de su casa en Juan B. Justo y Provincias Unidas.
De acuerdo con los pesquisas, la Policía realizó un allanamiento en la casa del sospechoso con autorización de Jorge Baclini, titular del juzgado de Instrucción de la 15ª Nominación, a cargo de la causa. Allí encontraron un revólver calibre 32, con dos balas intactas y dos vainas servidas. Esto coincide con el relato de los dos empleados del lubricentro, que dijeron que Matute efectuó dos disparos.
Maximiliano B. quedó detenido y fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de la 15ª Nominación, adonde será trasladado hoy para prestar declaración.
En tanto, Gonzalo B. y Hernán A. recuperaron su libertad.
El homicidio
Miguel Benítez fue asesinado anteayer cerca de las 16.30 en el cruce de Biedma y pasaje 1828. El muchacho circulaba por allí junto a un acompañante cuando fue encerrado por un auto y cayó al piso. Cuando vecinos de la zona quisieron socorrerlo, lo encontraron con un tiro en la cabeza. Murió antes de ser auxiliado por la ambulancia del Sies.
Tras el hecho, vecinos de la zona dijeron a El Ciudadano que habían visto en el lugar la batería de un auto, que luego desapareció. Esto abonaría la versión de que antes de la muerte de Benítez, él y su cómplice robaron en el lubricentro la batería en cuestión.