El Hincha

Fútbol llorón

Siempre hubo lugar para la protesta y las justificaciones apoyadas en los reclamos más cercanos al llorisqueo que a la realidad. Pero este inicio del Clausura 2011, en apenas cuatro fechas ya lleva prácticamente un manual de quejas por parte de los protagonistas del fútbol vernáculo. Por Federico Cánepa.-

Ya en la primera fecha arrancaron los dichos. La lesión de Gio Moreno disparó una catarata de declaraciones del presidente de Racing Rodolfo Molina y el vice Pablo Podesta “denunciando” poco más que una persecución programada y digitada para contra el hoy puntero del torneo.

A partir de allí, y como si un efecto eco hubiera sido propagado por el fútbol argentino, en todas las fechas algún protagonista buscó “justificar” las “miserias” propias en cuerpos ajenos. Los árbitros, los rivales, los planteos y hasta los campos de juego fueron blancos de más de una queja semanal.

Pero esta cuarta fecha, bien podría enmarcarse en un cúmulo de cada una de esas expresiones. Hubo de todo y para todos.

Russo se apoyó en errores propios en vez de pensar un cambio en Olimpo.

Como para entender esto un poco más, basta con repasar lo que dijo el técnico del equipo que jugó los mejores cuarenta y cinco minutos en lo que va del campeonato. Miguel Ángel Russo tras la victoria de su Racing por 4-3 ante Olimpo, expresó: “Producir fútbol es difícil, y en el primer tiempo lo logramos. Al final no entendimos la forma de jugar, y lo sufrimos”, minimizando a déficit propio el repunte del conjunto bahiense tras ir perdiendo 0-4 y no a cualidades del conjunto de De Felipe.

Otro DT que se acopló a esa idea fue Julio Flacioni, quien sigue sin encontrarle la forma a su Boca y luchando contra el fantasma Riquelme y busca siempre apaciguar las críticas con el mismo dicho partido tras partido: “…en todos los partidos generamos más que el adversario, pero no hemos sido certeros”.

Pero la fecha era caliente por dos clásicos que levantaban la temperatura. Y en ellos se escucharon las “excusas” más sabrosas.

Schurrer atacó duramente el juego de Banfield en vez de marcar sus errores.

En el Banfield-Lanus, Gabriel Schurrer no se anduvo con chiquitas e intentó justificar la derrota de su equipo con una chicana tan vulgar como baja: Lanús fue el único que intentó jugar. Banfield apostó a otra cosa y le salió bien, nada más que eso”, como si el fútbol tuviera una única manera de jugar y fuera la de “su” Lanús. Minimizando la justa victoria rival que en todo caso su equipo no supo desbaratar.

Pero la máxima estuvo en La Plata. El derby platense dejó dos sentencias dignas del libro de quejas, justificaciones y llorisqueos.

Un símbolo de Gimnasia como Guillermo Barros Schellotto al finalizar el partido dijo que “nos costó jugar por abajo. Nuestra mejor versión es con pelota al piso y jugar por abajo era imposible en esta cancha”, como si el Lobo en estas primeras cuatro fechas con su juego se haya transformado en el Barcelona local.

Cappa hasta puso como excusa a los pozos del Estadio Ciudad de La Plata.

Aunque claro está que el puesto número uno se lo llevó el DT del Lobo. El inefable Ángel Cappa arremetió contra el vencedor desmereciéndolo al decir que “Estudiantes tiró pelotazos cruzados de cuarenta y cinco metros, hizo el gol y ganó el partido”, como si el error de su defensa en el cambio de frente que derivó en el primer gol fuera culpa del lanzador Pincha.

Pero la máxima fue al decir que el mal estado del campo de juego jugó a favor de Estudiantes porque “ellos conocen cada sector de esta cancha, seguro conocen donde pica mal, ensayaron el pelotazo para que descolocara a nuestro defensor y terminara en el penal”.

Tan disparatado como cada una de las defensas que los protagonistas buscan en el otro para tapar y justificar las “miserias” propias. Al fin y al cabo una forma de practicar el nuevo deporte que está cada vez más de moda en este clausura. El de un fútbol llorón.

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