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Futuro de Jaguares y del Súper Rugby: «Nada se va a hacer si todos no se ponen de acuerdo»

Carlos Araujo, ex presidente de la UAR, analiza el presente del rugby criollo. El dirigente rosarino y formado en Duendes fue el encargado de negociar y firmar el convenio de ingreso al Súper Rugby y a Argentina como socio en Sanzaar. “Argentina tiene la misma posibilidad de negociar que sus socios"

A finales de noviembre de 2014 se anunciaba y firmaba el ingreso de Argentina al Súper Rugby, después de tres participaciones en el Rugby Championship. Al rugby argentino se le abría una puerta muy grande para el desarrollo profesional en suelo albiceleste y una oportunidad de poder enfrentar a las mejores franquicias del Hemisferio Sur y formar parte del negocio grande del mercado ovalado.

Tras estampar la firma en el acta de incorporación de Argentina junto a los popes de Sanzaar, el rosarino Carlos Araujo, que por ese entonces era el presidente de la UAR expresó: “La formalización del ingreso de una franquicia argentina en el Súper Rugby le permite a nuestro rugby seguir creciendo apoyado en la participación confirmada de dos competencias del más alto nivel, algo que nos llena de orgullo y alegría”. En tanto, Agustín Pichot, quien acompañó a Araujo en el encuentro, y es el representante de la UAR en Sanzaar dijo ese día: “Desde que empezamos con este proyecto allá por fines del 2007, era imprescindible tener competencia anual para nuestros mejores jugadores. El ingreso al Rugby Championship fue una parte importante, pero faltaba este paso de sumar una franquicia argentina en el principal torneo del mundo: el Súper Rugby”.

Hoy, a casi seis años de ese hecho, el panorama es totalmente diferente. La pandemia hizo estragos en la economía mundial y también en los torneos globalizados, como el Súper Rugby. Y Argentina, al estar geográficamente alejada de sus socios en Sanzaar pagará un altísimo costo, ya que Jaguares no sólo era el banco de pruebas para Los Pumas, sino la usina de recursos económicos para todo el rugby argentino.

El Hincha dialogó con Araujo, sobre las últimas novedades sobre el incierto futuro de Jaguares y de la participación de la franquicia en el Súper Rugby, en el formato que todos conocimos. “La realidad es que con el tema de la pandemia todo cambió: hoy hay que estar en posibilidad de conducir para saber que se está negociando”, comentó Araujo en el inicio del contacto telefónico, y luego agregó: “Cuando ingresamos a Sanzaar fue para sumar una cuarta posición dentro del bloque, Argentina tiene la misma posibilidad de negociar que sus socios neozelandeses, australianos y sudafricanos. Nada se va a hacer si todos no se ponen de acuerdo, es un convenio firmando. En 2021 nadie sabe qué va a pasar y cómo va a ser las normas post pandemia. Lo que se está vigente es que se juegue el Rugby Championship en 2020, con o sin público, ese seguro se debe estar negociando en estos días. Se vislumbra que están abriendo algunas puertas, Nueva Zelanda arranca su torneo y en Europa empezaron a entrenar. Puede ser que se jueguen los partidos de Lo Pumas para este año, lo dijo Ledesma que tiene expectativas que se juegue el Championship”.

En cuanto a la competencia, el dirigente rosarino y formado en Duendes dijo: “Todavía no está definido, no saben qué puede llegar a pasar. Argentina tiene muchas opciones, es un solo equipo que tiene que mover, o dos si pensamos en Argentina XV, se puede jugar la First Division de la Currie Cup y después clasificar para jugar la Currie Cup –que es un torneo de nivel-, o disputar el torneo que más convenga, hacer de local en el exterior, lo más importante son los derechos de televisión, son lo que facilitan todo”.

Greg Peters ex CEO de Sanzaar junto a Araujo. Crédito: Gentileza Prensa UAR.

El hecho de haber estado sentado en esas mesas de negociación, hace que Araujo conozca a los interlocutores de Sanzaar. “Se hacen las cosas con lógica, nadie pasa a nadie por arriba. Argentina tiene a Fernando (Rizzi) y Agustín (Pichot), ambos tienen experiencia y capacidad para resolver, tenemos muy buenos interlocutores. Agustín tiene mucha relación con los tres países. Van a llegar a un acuerdo, seguramente están negociando, también esperando que se habilite viajar para encontrarse, no se sabe que va a pasar con el mundo y el rugby está supeditado a las decisiones de los gobiernos nacionales”, explicó.

En su momento, la tarea de repatriar a los jugadores no fue fácil, tampoco de hacer que los que estaban en Argentina firmaran, fue todo un proceso, que llevó su tiempo. Todas esas negociaciones se llevaron a cabo durante la presidencia del rosarino. “Realmente con cada jugador que se va, y más con un entrenador como Gonzalo Quesada, es un dolor para los que queremos al rugby argentino. Pero así como emigran, también tenemos un sistema que forma permanentemente jugadores, que son nuevos talentos. Los ejemplos son Santiago Carreras este último año, y antes Emiliano Boffelli y Marcos Kremer. Son talentos, se va uno y es reemplazado por otro. Cuando se van te duele, la importancia que tienen jugadores como Sánchez, Lavanini y Matera, y se van y duele, sabemos que esto es una evolución permanente, y podemos seguir generando jugadores”, confió.

Araujo confía en el sistema de la UAR para continuar contando con jugadores de jerarquía para afrontar los compromisos que lleguen, a pesar de un éxodo que es inevitable.

“Hay una incertidumbre en todo el mundo, nadie sabe cómo va a ser la vida y las normas en un futuro, hay que mirar todo con prudencia”, expresó Araujo, y luego señaló: “Lo importante es que se puede jugar de manera amateur. El rugby  amateur necesita recuperar ese espacio, los chicos están con muchas ganas de jugar. Jugar un torneo local y el año que viene volvemos al Regional de Litoral. Hay que recuperarse y poner todo en orden, ya vendrán tiempos mejores”.

Araujo habla con conocimiento, hasta 2016 fue presidente de la UAR, y luego regresó a Duendes, donde es hombre de consulta permanente por parte de los dirigentes verdinegros y además, sus hijos mayores (Carlos –hijo- y Juan Ignacio) integran el plantel superior, y sus hijos menores están en juveniles e infantiles. “El rugby infantil está devastado, pero cerraron los colegios, siempre empiezan al poco tiempo que inician las clases, pero este año no se pudo. Pienso que las cosas se van a acomodar, se van a encontrar otras formas de competencia, con otra lógica. Hoy el miedo es el avión o los colectivos, hay que ver si los equipos se instalan en una ciudad, evitar el contacto con la gente en el plano internacional y en el local jugar entre si”.

La reflexión final fue: “Todo el mundo está pensando en un gran cambio, pero no se sabe si ve da dar, todo está por verse”.

Habrá que ser pacientes, esperar y ver como se acomodan las piezas en el mundo y en esta nueva realidad global, el rugby edificará su competencia y Argentina deberá estar atenta para salir con el menor daño posible.

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