La derrota ante Almirante Brown en Isidro Casanova, terminó siendo el puntapié inicial de la levantada canalla. Aquel 2 a 1 en contra lo obligaba a no mirar rivales, sólo se trataba de ganar. Sabiendo que lo separaban 11 fechas del final y entre los rivales se encontraban Quilmes en Buenos Aires y River en Rosario, el próximo sábado. Hoy pasó Atlético de Tucumán, y los triunfos llegan a siete en serie. Central se acostumbró a ganar, y más allá del desarrollo de los partidos, los ha ganado. Y por eso hoy es puntero y con inmejorables chances de subir.
El mérito de Juan Pizzi, va por encima de lo que se ve en la cancha, mantuvo el grupo fuerte. Y en ese aspecto, el concepto resalta cuando se trata de los suplentes. Biglieri fue peleando por su lugar a fuerza de piques, pases gol y algunas conquistas personales, como la de ayer. El caso, aunque sin tanta notoriedad incluye a Toledo. Fundamental en el triunfo ante Ferro, en cancha de Argentinos, autor del gol que abrió el juego. Parecía que Toledo ya no jugaría en el canalla, y sin embargo recuperó la consideración desde la decisión del técnico.
“Me siento mejor técnico en las difíciles”, dijo Pizzi en la semana que pasó. Por el momento los resultados impulsan aquello con fuerza de veredicto. Central no entrega fisuras. Pasó la primera prueba sin su voz de mando, Lequi. Y no sufrió sobresaltos. River es el próximo rival, sin dudas la experiencia más brava de superar. Por su historia, por sus individualidades y por todo lo que significa su solo nombre.
Ganar, para Central, será hilvanar el octavo triunfo en cadena. Algo que en su momento lucía como esperanza de loco. “Nadie gana cuatro partidos seguidos en la categoría”, firmó a fuego una voz popular. Central lo superó y va por más, depende de sí mismo.