“El mejor elogio que me podía hacer uno de los chicos fue ayer después de la final. Me dijo que me iba a extrañar. Y la verdad yo también voy a extrañar ir entrenar todos los mediodías a Temperley con este grupo de pibes”, se emociona Gustavo Ténembaum, un loco del básquet o simplemente un loco, sin demasiadas vueltas.
Pero a la hora de plantear su trabajo, el entrenador de las inferiores de Gimnasia apostó de lleno a este seleccionado Sub 17 de Rosario y realizó un plan de trabajo de más de dos meses y medio en el que fue clave la consistencia de los chicos. Fueron pasando los cortes, los dobles turnos y el plantel definitivo tomó forma. En este tiempo, el entrenador pudo trasmitirles su idea. El final se sabe, Rosario se coronó en la noche del domingo en Santa Fe, en el estadio de La Laguna en Náutico El Quillá. Y lo hizo en apretada final ante Cañada luego de superar invicto la etapa de grupos y las semifinales.
“El torneo se definió por detalles y ante un gran rival como fue Cañada. También había otro equipo con buenos jugadores, como Santa Fe, pero como les dije a los chicos, no iban a ganar dos o tres jugadores, iba a ganar el que fuera mejor equipo, y así sucedió. Por eso fue importante trabajar con tiempo, eso hay que tomarlo como aprendizaje”, analiza Ténembaum minutos antes de juntarse nuevamente con el plantel a compartir un almuerzo de festejo por lo conseguido.
“La final la llevamos bien con un buen primer tiempo, pero no fuimos claros en la segunda parte y ellos forzaron el suplementario. Ahí sí fuimos contundentes”, cuenta el entrenador, quien se mostró feliz con la “convivencia, la experiencia, la disciplina y el desarrollo de lo planificado”.
Ténembaum es todo un experimentado de la dirección técnica, con vivencias a nivel local, provincial y nacional, pero volver a una selección asociativa fue una alegría.
“Creo que en selecciones provinciales y locales dirigí todo lo que se podía dirigir y en diferentes categorías, pero hacerlo después de 20 años fue algo muy lindo, una experiencia bárbara”, cerró el entrenador que le dio a la ciudad un título en divisiones menores tras algunos años de sequía.
Mateo Pérez, el crack del campeón
Rosario jugó muy bien de manera colectiva y dentro de esa labor se destacaron varios chicos por asumir mayores responsabilidades, como Facundo Tolosa (que promedió 15,5 puntos), Santiago Giraudo (12) y otros de gran actuación como Juan Cruz Noguera, Juan Pablo Evangelista o Lucas Cavalieri. Pero los flashes se los llevó Mateo Pérez, crack de Náutico Sportivo Avellaneda y la selección argentina, quien promedió 22,7 tantos, 5,7 rebotes y 3,5 asistencias.
