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¡Ganó Newell’s! Otra victoria para bancar a Heinze y meterse en zona de clasificación

La Lepra aprovechó las facilidades que le dio Tigre y en el cierre del partido se quedó con tres puntos muy importantes con goles de Martino y May. El ingreso de Méndez fue clave para volcar a favor un partido chato

Dos jugados, dos ganados. Ambos fuera del Coloso. Un con supremacía y alto nivel de juego, con San Lorenzo; otro con efectividad, ante Tigre. No hay dudas que el equipo le respondió a Gabriel Heinze tras perder el Clásico. El panorama era fulero, la puerta de salida estaba abierta a pesar del apoyo de Astore, y ahí aparecieron los jugadores para bancar. Y si el 3-0 frente al Ciclón fue esperanzador, el 2-0 frente al Matador de Victoria fue una confirmación de una levantada anímica y futbolística que genera expectativa de clasificación a cuartos de final de la Copa de la Liga y también a la Sudamericana.

Ganarle a San Lorenzo con contundencia no alcanzó para que Heinze apostara por el mismo equipo. El DT, como tantas veces, sorprendió con el ingreso de Ian Glavinovich para armar una línea de tres en el fondo, con Sordo como carrilero derecho y la salida de Armando Méndez, una opción de recambio que parece ser la preferida del Gringo.

La impotencia de Tigre para generar peligro (lleva6 partidos sin anotar) tal vez hizo que el entrenador leproso optara por defender con tres, aunque alejó un poco a Sordo de la zona donde lastimó a San Lorenzo. Así y todo, el delantero devenido a carrilero se dio maña para meter un par de arranques con espacio y velocidad que inquietaron al rival. En uno dio un pase al espacio a Recalde y salvó Marinelli por estar parado como líbero; y en otro se equivocó en el centro.

El local dio siempre la sensación de dar ventaja en defensa, con un Prediger con experiencia pero sin velocidad. Pero Newell’s no tuvo la claridad para aprovechar esa ventaja que estaba a la vista. Y la única chance real de gol fue una pelota que Aguirre recibió de un lateral largo, donde pasó con un sombrero a Prediger y remato apenas desviado.

La necesidad de Tigre, amenazado por el descenso, amagó desde el inicio con ser un aliado de la Lepra. Pero el equipo de Heinze pareció conformarse con controlar al rival.

A veces es bueno reconocer errores. Y Heinze lo hizo. Salió a la segunda parte con Méndez por Sordo, demasiado castigo para el delantero sacrificado de cuatro, pero una variante necesaria a partir de la potencia del lateral uruguayo.

Hubo un rato largo donde Newell’s quiso caminar por la cornisa. Velázquez sacó mal un lateral hacia atrás que salvó Glavinovich con lo justo; el pibe pifió una pelota tras un centro intrascendente y casi la mete en contra; Y Ortiz se confió en un rechazo y casi deja a Esquivel mano a mano. La Lepra parecía conformarse con el punto y Tigre no tenía argumentos para objetarle esa idea.

El partido se adormeció en medio de imprecisiones grotescas y el 0-0 parecía un tema definido desde temprano. Y ahí llegó ese tramo de partido donde Newell’s saca diferencias físicas, esos quince minutos finales cuando los rivales flaquean y la Lepra sigue corriendo y metiendo. Y en un robo de Gómez, Méndez metió un desborde lleno de potencia y esta vez tuvo la claridad para meter un centro pasado para que Martino, el otro carrilero, defina de cabeza.

Tigre se desvaneció anímicamente y Newell’s olió sangre y definió el pleito. Un pase atrás a Marinelli adelantado provocó un apriete de May, que le ganó en el choque al arquero y se fue con el arco vacío para anotar el gol más sencillo de su carrera. Y si el 1-0 era inalcanzable para Tigre, el segundo fue sentencia.

Y cuando muchos presagiaban el final de todo tras caer con Central, la Lepra dio muestras de carácter y juego para reposicionarse en la Copa de la Liga (hoy está tercero en su grupo) y se acerca al objetivo de ingresar a la Sudamericana. Y Heinze tuvo la banca dentro de la cancha, donde realmente tiene valor.

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