Todavía no despierta, no logra salir del asombro en el que está hace una semana. Ariel Garcé, la gran sorpresa de la lista, vive sus horas más felices. «Es un sueño», afirmó el central de Colón al llegar al predio de la AFA para el primer entrenamiento de la Selección con vistas a la cita en Sudáfrica 2010.
El Chino, con su entusiasmo a cuestas, fue el primer jugador en llegar a la práctica e inclusive arribó antes que el propio Diego Maradona. “La verdad que mucho no me interesa lo que digan. Yo sé muy bien lo que me costó llegar hasta acá. Muchos me daban afuera o no me tenían en cuenta”, señaló y marcó el territorio.
El jugador, que se inició en las inferiores de River, se desempeñó en los diferentes clubes por los que pasó en varios puestos, tales como el de marcador central, lateral por derecha, stopper en línea de tres y hasta a veces lo hizo como volante central. La polifuncionalidad, algo buscado por Maradona, le abrió el crédito para ganarse el asiento del avión a Sudáfrica.
Con tan sólo un partido en el ciclo del Diez, Garcé ya había tenido otra experiencia a nivel selecciones cuando el DT argentino era Marcelo Bielsa, quien lo llevó a una gira por centroamérica a comienzos de 2003. Ahora el actual entrenador de la Argentina le entregó el premio mayor y el Chino no quiere dejarlo pasar.