Manuel García se convirtió en una de las gratas sorpresas que aportó Central en el torneo. Es que al arquero le tocó debutar inesperadamente luego de que el técnico Juan Pizzi decidiera excluir a Jorge Broun por bajo rendimiento.
El mellizo García, que firmó un nuevo vínculo con el club hace pocos días, tuvo la chance de defender el arco auriazul en los últimos seis partidos. Y sólo recibió goles, fueron dos, en uno solo de esos encuentros.
A los 23 años, y a partir de sus tan sólidas como sobrias producciones, García se ganó el lugar y, al menos por ahora, dejó relegado a quien era titular indiscutible en el puesto, Jorge Broun.
—¿Cómo ves al equipo desde el arco?
—Muy bien. Creo que en la parte defensiva, y en el mediocampo, venimos haciendo las cosas bien desde hace varios partidos. Me parece que nos estaba faltando ajustar un poquito el final de las jugadas en ataque. Y eso es lo que mejoramos el otro día ante Ferro.
—¿Esperábas este presente en lo personal, con cinco vallas invictas en seis partidos jugados?
—Uno siempre trabajó igual, esperando una oportunidad y sabiendo que para ganarse un lugar hay que responder. Obviamente que si el equipo gana todo se hace más fácil. Pero lo fundamental es seguir trabajando, mostrando el sacrificio y la humildad que tuve siempre. Acá está claro que, si te relajás, te la mandan a guardar.
—Ya tenés varios partidos en primera. ¿Te imaginábas que atajar en Central iba a ser así, o pensábas que iba a ser más complicado?
—Es muy difícil. Si te relajás un segundo, vas a sacar la pelota de adentro del arco. No hay margen. Puede parecer que el equipo tiene el partido controlado, pero una falla tuya puede desbaratar todo.
—¿Qué se siente con esto de haber mantenido tantas veces la valla en cero?
—Obvio que da confianza. No es lo mismo que te hagan goles en todos los partidos. Pero lo que aporta uno es sólo una parte de lo que hace el grupo para llegar al objetivo. Acá hay mucho sacrificio y humildad de parte de todos. Por ejemplo, en un partido, cuando no tenemos la pelota, hay un esfuerzo bárbaro para recuperarla. Y eso es tan valorable como que al arquero no le hagan goles o que el delantero pueda convertir.
—¿Te sentís más tranquilo atajando de local, de visitante, o es lo mismo?
—Lo tomo de la misma manera. Siempre salgo a ganar más allá del rival de turno o la cancha en la que juguemos. Uno siempre está bien mentalizado para ir en busca de los tres puntos.
—¿No se siente un poco más la responsabilidad jugando en condición de local?
—No, porque salimos a jugar en todas las canchas de la misma manera.
