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García Linera anticipó hace un año en Villa María lo que pasó en Bolivia

El intelectual y vicepresidente renunciado de Bolivia fue a la ciudad cordobesa para dejar inaugurada la Maestría en Estudios Latinoamericanos. En ese marco dijo que su gobierno se sentía “muy solo ante las amenazas de golpe”

Por El Diario

“Me enorgullece estar aquí y me sorprendió la invitación. Tenía que venir a ver quiénes son estos locos que estudian mi pensamiento, me dije”. Esas fueron palabras alejadas del academicismo con la que Álvaro García Linera comenzó el 15 de marzo de 2018 su conferencia en el Auditorio del Campus de la Universidad Nacional de Villa María, en Córdoba. Los pasajes de su exposición hoy cobran una dimensión especial y premonitoria, luego de concretado el golpe de Estado contra Evo Morales.

“En 2008 hubo un golpe de Estado; quisieron dividir Bolivia. No vino la organización de Estados Americanos (OEA), no vino el Departamento de Estado de los Estados Unidos… Fue la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) la que se reunió. Estaba Michelle Bachelet de presidenta y mandó una delegación pidiendo permiso al gobierno de Evo para realizar una reunión de presidentes, que vinieron a ayudarnos en la toma de decisiones y decirles a los golpistas de derecha extrema, fascistas, que Unasur solamente iba a respetar a los gobierno elegidos por el voto popular y que no iba a aceptar ningún tipo de condiciones”, recordó el entonces vicepresidente de la República Plurinacional de Bolivia.

Y agregó: “Para nosotros fue decisivo para derrotar a los que querían dividir Bolivia y construir dos países. Sin esa ayuda de Unasur reunido primero en Chile y después en Bolivia seguramente ahora Álvaro (por él mismo) estaría ahorita en la cárcel o estaría desaparecido como un NN en alguna tumba”.

Además, puntualizó ante el auditorio colmado en el Campus villamariense que “la Unasur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) no fueron solamente encuentros de presidentes, sino la construcción lenta pero brillante de una hermandad continental que se protegía mutuamente, sin el patronazgo o la conducción de los gobiernos del norte”.

“Nos sentimos solos…”

“¿Cómo no voy a extrañar esto?”, se preguntó, para añadir que “hoy nos sentimos muy solos”.

“Amenazan a Venezuela, nos amenazan a nosotros. Dicen lo que quieren, lo que van a hacer en el continente. Que va a haber golpe, que no va a haber golpe; que van a imponer restricciones…”.

Esas fueron parte de las palabras que meses después cobraron un carácter premonitorio. Durante el resto de su exposición tocó otros temas con vinculados con el pasado reciente y su derivación en la convulsionada actualidad continental.

“¿Qué pasó en estos últimos 15 años en América Latina? A finales de la década del 90 tuvo lugar una crisis del régimen de acumulación neoliberal en el que los bienes públicos y colectivos pasaron al sector privado; los ahorros de todos, de los últimos 50 años, pasaron a manos privadas; la fragmentación territorial de la condición obrera, la ciudadanía desindicalizada en la que el trabajador tenía únicamente algunos derechos en tanto individuo. Y apareció Hugo Chávez. Y se modificó aquella condición neoliberal y nació una condición progresista”.

“¿Qué hicimos los gobiernos populistas? Hicimos a los pobres menos pobres y transformamos a la clase obrera en clase media ascendente”, afirmó, al tiempo que ensayó la autocrítica al puntualizar que “los gobiernos progresistas de América Latina no supieron incidir sobre ese sentido común; el sentido común de esa nueva clase media ascendente que esos mismos gobiernos ayudaron a crear”.

“Estos son momentos muy duros, América Latina aún no ha definido un horizonte a largo plazo. Y eso es lo bueno; en eso está la esperanza. Los gobiernos neoliberales se quedaron sin un discurso que convenza; cuando Inglaterra se va de la Unión Europea y Estados Unidos anuncia medidas proteccionistas, dos referentes del libre mercado, y China, supuestamente comunista, sale a ganar mercados mundiales y a prestar dinero, uno no sabe a quién creerle”, señaló el vicepresidente boliviano, ahora renunciante.

Luego de esa clase magistral titulada La dialéctica de la realidad o el arte de armonizar contradicciones que dictó para dejar inaugurada la Maestría en Estudios Latinoamericanos, García Linera fue distinguido por el rector Luis Negretti como Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Villa María. En la oportunidad, el intendente Martín Gill también lo nombró Ciudadano Distinguido de Villa María.

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