El gobierno lanzó ayer la segunda etapa del Gasoducto del Noreste Argentino (Gnea) que atravesará las provincias de Santa Fe, Chaco y Formosa, abastecerá a 80 localidades, 23 de ellas santafesinas, y generará más de once mil puestos de trabajo.
Además, demandará una inversión de 11.300 millones de pesos.
Así lo anunciaron conjuntamente el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, durante la firma de los contratos de adjudicación de las obras en el microcine del Palacio de Hacienda.
“Con esta obra, ya no habrá argentinos de primera y argentinos de segunda, porque cientos de pueblos del interior del país podrán acceder al servicio de gas domiciliario, que redundará, además, en más fuentes de trabajo y mejoras en la actividad económica”, señaló el ministro De Vido a modo de introducción.
En tal sentido, añadió que la “presidenta Cristina Fernández de Kirchner está muy entusiasmada con este proyecto, que apunta a lograr el consumo domiciliario a partir de tarifas populares y accesibles”.
“Este gasoducto, una vez terminado, abastecerá a 168 localidades del noreste argentino y no sólo será importante para la industria de la construcción sino también para la siderúrgica”, remarcó el jefe de la cartera de Planificación.
De Vido también adelantó que “en estos días” se estarán firmando trece nuevos convenios de convergencia tarifaria para que las provincias mantengan las tarifas eléctricas durante todo el año, e instó a que se sumen las provincias de “Córdoba y Santa Fe”, con el objetivo de “universalizar el servicio”.
“Nosotros, los provincianos del norte que fuimos tantas veces discriminados, ahora vemos un Estado presente con una obra que es una reparación histórica, lo que marca claras diferencias entre el federalismo declamativo y el federalismo de acción”, añadió Capitanich.
El funcionario indicó que el paso inmediato será el financiamiento para las redes domiciliarias y adelantó que ya existen acuerdos con la Corporación Andina de Fomento para obtener “300 millones de dólares, mitad este año y el resto el que viene”.
“Esta obra, estratégica e histórica, tendrá un ritmo de ejecución muy significativo y promoverá un incentivo extraordinario en los procesos de industrialización en nuestra región”, remarcó.
El Gnea, que se construirá en tres etapas, prevé una inversión total de 25 mil millones de pesos con una extensión de 1.810 kilómetros en los tramos troncales y 2.334 kilómetros en los ramales de aproximación.
Nace en el Gasoducto Juana Azurduy y estará equipado por ocho plantas compresoras y 165 plantas reguladoras. Además, se construirán 15 mil kilómetros de redes domiciliarias.
La segunda etapa, motivo del encuentro de ayer, tiene un plazo de obra de 24 meses, abastecerá a 23 localidades de la provincia de Santa Fe, 23 de Formosa y 34 de Chaco.
“Atraerá industrias”
El secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, celebró ayer la firma del contrato de trabajo para la segunda etapa del Gasoducto del Noreste Argentino, que beneficiará a 23 localidades santafesinas.
“Es la obra que va a cambiar las posibilidades de desarrollo para nuestra provincia”, consideró Ramos, tras remarcar que el proyecto es un claro ejemplo de un Estado federal, que tiene la “firme decisión de generar infraestructura en el interior de nuestra provincia y en las zonas más postergadas”.
“Esto conllevará la industrialización de nuestra zona, generando un gran impacto en la generación de puestos de trabajo”, apuntó Ramos. Y añadió: “La llegada del gas natural cambiará la matriz productiva, ya que al mejorarse la matriz energética, generamos condiciones para que estas zonas productivas atraigan a industrias que den mayor valor agregado a la producción”.
Por otra parte, Ramos se lamentó de que Santa Fe no haya adherido al convenio de convergencia tarifaria con la Nación, que “tiene como único objetivo que no se aumente la luz”; y criticó al gobierno de Antonio Bonfatti: “Gasta el 92 por ciento de los recursos que administra en una estructura burocrática y concentrada en Santa Fe y Rosario. Sólo el 8 por ciento restante lo distribuye entre más de 312 comunas y los 50 municipios de la provincia. Está claro que las prioridades del gobierno socialista no tienen que ver con el desarrollo del interior y es el Estado nacional el que debe financiar las obras que ellos no hacen”.