«No creemos que venimos a empezar a hacer algo de cero, llegamos hasta acá porque tenemos una historia atrás y todo lo que hicieron quienes vinieron antes fue muy valioso, pero la velocidad de transformación de la industria es muy vertiginosa y es vital adaptarse», dijo Soffritti a la agencia de noticias Télam sobre las bases de la asociación de la que también forman parte el Chino Darín, Lali Espósito, Peter Lanzani y Julieta Nair Calvo.
Según el manifiesto publicado en http://www.trabajadoresdelarte.com, Acta apuesta «a promover la creación de más y mejor contenido artístico en nuestro país» a través de «mesas de diálogo entre todos los agentes de la industria».
Partiendo de esa base, Soffritti explicó: «La asociación surgió en cuarentena cuando conversando con amigos y colegas empezamos a sentir que había algo que no estaba funcionando y, a la vez, haciendo un mea culpa porque no sabíamos sobre qué base estaba construida nuestra industria».
Y fue ese «mea culpa», en medio de un contexto de pandemia que amplificó la crisis preexistente en el sector y redundó en una producción nacional prácticamente parada, que los empujó «a investigar por qué la ficción argentina empezó a caer en picada».
La presentación en sociedad de Acta de esta última semana, que se definió como «no partidaria, transversal, que hacen política, pero política cultural e industrial», ocurrió días después de una carta pública de actores y actrices que reclamaban medidas para paliar la crisis del sector en la pandemia y que suponía un tiro por elevación a la Asociación Argentina de Actores, y generó ciertas suspicacias que Soffritti descartó de plano.
«Hubo mucho ruido dando vueltas y queremos aclarar que no hacemos una guerra contra Actores ni la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (Sagai), a las cuales también pertenecemos y con las cuales ya nos juntamos», apuntó.
En ese sentido, explicó que Acta, «es simplemente un movimiento que arranca desde una generación invitando a las demás generaciones a repensar la industria y no se limita a actrices y actores, por eso se llama trabajadores del arte».
«Nosotros no creemos que venimos a hacer la revolución –dijo el actor–, pero sí hay una mirada de esta generación que nació con internet en la mano que tiene que ver con las plataformas. Yo, aunque laburo hace casi 20 años y me crié en la televisión tradicional, enganché la transición al streaming y hay algo de la velocidad de cambio y transformación a la que tenemos que adaptarnos y que no sólo tiene que ver con la producción y las formas de consumo sino también con políticas públicas y regulaciones acordes a las necesidades que estas nuevas actividades piden».
El actor, que trabaja desde niño y que supo aggiornarse a los cambios que propuso la industria en estos últimos años, analizó la situación en la que se encuentra la Argentina en ese sentido. «Hoy, la actividad de las plataformas está enmarcada por el convenio de televisión, que es de 1975. Nosotros creemos que esa actividad necesita un convenio laboral nuevo, que la regule, porque en esa época no existía internet y partiendo de esa base hay algo que está desfasado y creemos que debería ser regulado como una actividad nueva que no tiene absolutamente nada que ver con la televisión tradicional que conocemos porque las producciones requieren un tratamiento que si los grabás como tiras diarias te vas quedando afuera del mercado: hoy no compite Telefé contra Canal 13, competís contra Colombia, España».
Respecto de si en el proceso de armado de la entidad, encontraron algún ejemplo de legislación internacional que les parezca que vale la pena atender, el actor analizó: «Estudiamos varias, no nos quedamos con una sola pero sí hay ejemplos claros de algunas que les fue mejor, como España. Otros países que crecieron mucho en los últimos tiempos están mucho más atrasados que nosotros en materia de derechos, como Uruguay o Colombia, que recién ahora armó un Sindicato de Actores. Nosotros tenemos una historia de derechos que no podemos tirar a la basura pero entendemos que tenemos que seguir ganando otros nuevos derechos acorde a las necesidades».
Con relación a la propuesta de la entidad a mediano plazo, Soffritti explicó: «Pensamos en regulaciones y políticas públicas que tienen que ver con leyes que fomenten e incentiven la industria. Países de Sudamérica y del Primer Mundo tienen incentivos para las plataformas, por ejemplo el tax-rebate, que es una devolución de un impuesto o el cash rebate que es otra herramienta. Colombia, Uruguay, Chile, España, Francia tienen esos incentivos y hay ejemplos muy claros de que no generan pérdidas al Estado; al contrario: una idea genera entrada de divisas genuinas al país. En Argentina, de este laburo viven 27 mil familias y se van a generar muchos más porque también toca distintas aristas de otras actividades como el turismo. Nosotros tenemos un país increíble para mostrar muchísimos lugares y Turquía fue el claro ejemplo de cómo el crecimiento de esa industria rebotó mucho en el turismo».
Pero también hay pensada una propuesta inmediata y a corto plazo según dijo finalmente el actor: «Hay una necesidad a corto plazo que es vital. Tengo muchos compañeros que la están pasando muy mal y necesitamos mínimamente protocolos acordes a las actividades y sabemos que hay mucha gente ocupándose de eso y no nos queremos pisar. Por eso, nuestra mirada es más a mediano o largo plazo, de construcción de la industria».