General Gelly, una localidad del sur santafesino que linda con provincia de Buenos Aires, espera desde hace décadas obras que la integren a la región. Con una población de poco más de 700 habitantes, el pueblo pugna por que sus dos accesos mejoren la transitabilidad. Las gestiones pasan, y en épocas de lluvia la problemática se agrava. Sucede que Gelly está ubicado a la vera del arroyo del Medio, el histórico límite que separa el territorio santafesino del bonaerense, y cada vez que ocurren fuertes precipitaciones el casco urbano queda aislado. Esta semana, la escena se repitió.
“General Gelly padece un problema de conectividad desde hace décadas. El reclamo que permanentemente hacemos es la pavimentación de la ruta 22-S, que une Gelly con Cañada Rica y a su vez se conecta con la ruta 90, y el reacondicionamiento del camino secundario de vialidad de Buenos Aires que nos conecta al corredor de ruta provincial 32 y ruta 18. Es un reclamo que nos permitiría poder estar conectados a la región”, describió a El Ciudadano la jefa comunal local, María Marcela del Puerto, quien también está al frente de la tradicional farmacia del pueblo que lleva su apellido.
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Aislado por las lluvias
Las lluvias intensas de los últimos dos días provocaron que el cauce del arroyo del Medio aumentara considerablemente, haciendo que el acceso del malogrado puente –“un vado”, lo definió Del Puerto– a la ruta 32 quede bajo agua. El pueblo queda aislado y la otra salida es el precario camino que conecta con Cañada Rica y que con la cantidad de agua se torna peligroso y casi intransitable. Esta problemática de conectividad ha sido el histórico escollo para que General Gelly logre su desarrollo.
Identidad doble
“Pergamino es la ciudad de referencia para General Gelly”, dice Del Puerto. Ocurre que la localidad bonaerense se encuentra a 40 kilómetros, y la otra ciudad cercana es Villa Constitución, pero los gellynenses optan por la primera. La construcción del acceso vial a la ruta 178 en la década del 70 hizo que Gelly desarrollara una fuerte vinculación con Pergamino. De ahí su hibridez geográfica.
Hoy tiene apenas poco más de 700 habitantes, pero Gelly supo tener más de 3 mil en la década del 30. Por diferentes razones, durante años se produjo un éxodo relacionado con la desaparición del ferrocarril, la tecnificación de la ruralidad y la falta de trabajo. Como en tantos casos de pueblos en riesgo de desaparición –tal la categoría utilizada por el Indec–, el escape a los grandes centros urbanos fue la opción de muchos residentes. Pero Gelly se resiste a ser calificado con el mote de “pueblo fantasma”. En palabras de María del Puerto los pedidos de materialización de obras “están teniendo eco”.
La jefa comunal detalló que en estos días habló con el gobernador Miguel Lifschitz, con el ministro de Infraestructura y Transporte, José León Garibay, y con el director de Vialidad Provincial, Pablo Seghezzo, quienes “tomaron el compromiso de trabajar fuertemente en la solución de esta problemática”.
“Además, los senadores Omar Perotti y María de Los Ángeles Sacnun, entre otros legisladores, nos acompañaron en estos reclamos”, detalló. Sobre las tratativas que debe realizar ante el gobierno santafesino y Vialidad bonarense, Del Puerto definió: “Es como tener un gobierno bipartito”.