María Laura Pasquero dirige el Centro de Asistencia a la Víctima (CAV) de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe. Hace más de 10 años notó que las personas que iban a denunciar no sólo sufrían por el delito del que habían sido víctimas, sino también por cómo las trataban en la Justicia. Desde hace dos años la mayoría de los casos que atiende Pasquero a diario son por violencia contra la mujer. Para ella es una epidemia mundial. “Tienen mucha expectativa en la denuncia penal y vienen a buscar un castigo, pero la Justicia está lejos de esa expectativa. Por eso intentamos que el primer contacto no sea con un abogado. Así trabajamos el problema más allá de la posible condena”, contó a El Ciudadano.
Con más de dos décadas de experiencia, Pasquero habló de los escraches en redes sociales como forma de denuncia paralela a los canales del Estado y de los mitos más habituales que alejan a las mujeres de buscar ayuda.
Referentes
En 2017 el CAV asistió a 1.115 mujeres por casos de violencia. Más de la mitad eran de Rosario, tenían entre 30 y 50 años y estaban a cargo de hijos menores de 18 años. Un 60% no terminó la secundaria y fueron contenidas por más de seis meses en las oficinas del CAV. Similar perfil de víctima manejan en el Instituto Médico Legal.
El CAV trabaja con diferentes oficinas del Estado que les piden la asistencia para contener a quienes denuncian. Incluso el Poder Judicial acude al CAV porque es uno de los espacios más preparados de la ciudad. Desde hace años tienen psicólogos, abogados, trabajadores sociales y administrativos capacitados para manejar con sensibilidad las situaciones. Todos saben que lo primero es hacer que las personas que van a denunciar entiendan lo complicado que son los caminos de la Justicia. A las mujeres les hacen una evaluación de riesgo siempre respetando la voluntad de cada una. “Buscamos que haya una relación más igual entre hombres y mujeres en las casas. Trabajamos caso por caso. No hay fórmulas y soluciones para todos. En los últimos 10 años vimos avances importantes de los derechos de las víctimas, como la participación en los juicios como querellantes. Pero sabemos que la mayoría de quienes están en situaciones de vulnerabilidad están lejos de esa igualdad de derecho”, explicó la directora del CAV.
Contener y prevenir
Según Pasquero, en el CAV están preparados para todo tipo de situaciones de violencia y sometimiento. Incluso las que no están descriptas en el Código Penal con penas y agravantes, como el acoso. Fue con el tiempo y el trabajo que lograron estar a la altura de la demanda. En el 2000 estudiaron cómo abordar la violencia contra la mujer porque antes solo se hablaba de violencia familiar. “No es lo mismo trabajar casos de niños o adultos mayores. La violencia contra la mujer es la más habitual que atendemos. Tuvimos que avanzar en la prevención”, dijo la funcionaria.
La Defensoría mantiene talleres de sensibilización en distintos espacios estatales para mujeres tres veces a la semana. También lo dan dos veces por semana en EEMPA y una vez en centros de convivencia barrial. Incluso fue la gestión del ex ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, al frente de la Defensoría, la que avanzó sobre cómo llegar a las localidades vecinas. Implementaron la defensoría móvil, una combi que tres veces por semana visita localidades distintas cada semana para brindar información sobre derecho y donde denunciar. “La información es lo más importante para que las personas no sean víctimas. Es conocer los derechos, saber que se puede denunciar los 365 días del año, y que la Policía está obligada a tomarla al igual que los seis centros territoriales de denuncia de la provincia”, dijo Pasquero.
Consultada sobre los principales mitos que alejan a las mujeres de poder denunciar, señaló: “Todavía está idea de que no pueden irse de la casa frente a una situación de violencia porque estarían haciendo «abandono del hogar» y después no podrían reclamar ni la tenencia de los hijos o la propiedad. No es así. Fue algo que se instaló con la vieja ley de divorcio que se modificó con el nuevo Código Civil y Comercial”.
Consultada por las denuncias de acoso y abuso en redes sociales, la directora del CAV dijo que aportan visibilidad, pero requieren del compromiso y trabajo de los operadores de la Justicia. “La condena suele ser cruel y el resultado en la Justicia casi ninguno”, dijo.
De números a políticas
Gabriela Sosa dirige la subsecretaria de Políticas de Género de Santa Fe a cargo del Registro Único de Situaciones de Violencias hacia las Mujeres (Ruvim). Algunas no llegan a una presentación judicial. Son hechos de violencia contra la mujer según define la ley 13.348: en su forma física, económica, sexual, simbólica o psicológica. Desde 2016 el registro analiza y contiene casos que son detectados en las escuelas, hospitales, comisarías, los centros de convivencia barrial y la Justicia. También llegan por las áreas de Mujer de la Municipalidad de Rosario, Santa Fe y Santo Tomé. En Rosario otro camino es llamar al Teléfono Verde (0-800-444-0420). “Es un registro en permanente crecimiento aun cuando sabemos que hay muchas mujeres que no se acercan a denunciar. Es importante incorporar a las organizaciones sociales y recordar lo importante de buscar contención en el Estado. En las pequeñas localidades hay juzgados de pequeñas causas y comisarías que están obligados a tomar los casos”, explicó Sosa y adelantó que ampliarán la red. En la atención trabajan psicólogos, trabajadores sociales, abogados y demás profesionales del Ministerio de Salud, la dirección de Niñez y Adolescencia, la subsecretaría de Políticas de Género, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la Defensoría del Pueblo.
Consultada por los escraches en redes sociales sobre acoso y abuso a mujeres, Sosa opinó: “Es un aporte a la difusión. En particular, en jóvenes porque es una herramienta potente cuando se desconoce los circuitos a los cuales acudir del Estado. Son valiosos y deben estar bien acompañados por el Estado”.
Nuevos datos
El último informe de Ruvim fue en mayo y confirmaron que se habían duplicado la cantidad de asesoramientos y orientaciones del Estado respecto al 2017. Ese mismo mes y después del fallo que exoneró a un grupo de hombres acusados de violar a una mujer en España unas 300 mil usuarias de Argentina pusieron el hashtag Cuentalo y describieron situaciones de abuso y acoso en primer persona. La concejala Marina Magnani pidió al Gobierno de Santa Fe que las contactara y ofreciera asistencia legal y psicológica. También que la Municipalidad de Rosario multiplique la tarea de prevención en escuelas y clubes. Y por último que el Teléfono Verde tenga una aplicación para celular y sea más amigable para las chicas. “Según datos de organizaciones de mujeres, sólo un 3 por ciento formaliza la denuncia. Las mujeres apelaron a las redes porque no encontraron donde expresarlo. Los entornos familiares no son contenedores, los sociales no responden y el Estado es inaccesible”, dijo a El Ciudadano la concejala.
El próximo informe de Ruvim será difundido por el gobierno de Santa Fe este mes.
La tendencia
Según compartieron desde el CAV el 54 por ciento de las situaciones que atendieron en 2016 fueron por violencia en el ámbito familiar. Un 18 por ciento fue por problemas entre vecinos y vecinas y el restante 28 por ciento en ámbitos institucionales, como centros de salud, oficinas públicas y privadas, entre otras. El año pasado el 45 por ciento del trabajo del CAV fue por conflictos en el hogar. De ese número el 61 por ciento fueron casos de violencia contra la mujer. En lo que va del año la tendencia se mantiene.
Para denunciar situaciones de violencia también funciona el Centro de Asistencia Judicial (CAJ). La oficina está en Corrientes 2114, el teléfono es 0341 4728162 / 4728173 y el correo electrónico es cajrosario@santafe.gov.ar.