La reina Isabel II de Inglaterra inició ayer la primera visita de un soberano británico a la República de Irlanda desde su violenta independencia del Reino Unido, en 1922, en medio de un enorme despliegue de seguridad y horas después de que la Policía irlandesa desactivara una bomba.
Isabel II fue recibida en las afueras de Dublín por el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Eamon Gilmore, a su llegada al aeródromo militar Roger David Casement, que se llama así en honor al diplomático británico ejecutado en 1916 por ayudar a la causa nacionalista irlandesa.
Luego se reunió con la presidenta, Mary McAleese, una católica de Irlanda del Norte que desde el comienzo de su gobierno impulsó el mejoramiento de las relaciones entre su país y Gran Bretaña, para una bienvenida ceremonial seguida de un almuerzo con pescado asado y boxty, un pastel de papas irlandés.
La reina saludó a la guardia de honor y recibió una salva de 21 disparos de cañón en la residencia presidencial. Vestida con un conjunto y un sombrero verde esmeralda, la reina, de 85 años, fue recibida junto a su marido, el príncipe Felipe y duque de Edimburgo. Una niña irlandesa le obsequió a la monarca un ramo de flores.
Isabel II abordó una camioneta 4×4 blindada y emprendió camino hacia Dublín escoltada por 32 motos de la Policía. La caravana avanzó por calles vacías, cortadas al tránsito para evitar eventuales ataques.
La gira de cuatro días tiene por objetivo resaltar cómo una relación bilateral cada vez más cordial reemplazó siglos de enemistad y violencia, y tiene como telón de fondo el mayormente exitoso proceso de paz de Irlanda del Norte. La última vez que un rey británico pisó suelo irlandés –el abuelo de Isabel II, en 1911–, toda la isla formaba parte del Reino Unido. Años más tarde estalló la Guerra de Independencia irlandesa que dejó más de 1.000 muertos y condujo en última instancia a la emancipación del país del dominio británico, en 1922. La presencia de la reina es rechazada y considerada un “insulto” por muchos irlandeses nacionalistas o republicanos críticos del legado de esa sujeción colonial de siglos.
Anteanoche, horas antes del arribo de la reina, el Ejército irlandés desactivó una bomba artesanal que había sido colocada en un ómnibus que se dirigía hacia Dublín, informaron fuentes militares.
Irlanda del Norte siguió siendo parte del Reino Unido tras la independencia de la República de Irlanda, y durante años fue escenario de un sangriento conflicto entre las tropas británicas y la guerrilla católica, republicana y nacionalista del IRA. La situación se pacificó en gran medida con la firma de los Acuerdos de Paz de 1998.