Solidez atrás, fluidez adelante, confianza en ambos costados y contundencia de a ratos. Gimnasia domina la final de la Superliga desde el trámite, el marcador y todos los aspectos del juego ante un Caova que agota los recursos atrás y las variantes adelante, pero no halla respuesta. El 89 a 75 de este martes en la sede de calle Laprida decretó el 2 a 0 del equipo que lidera Mariano Junco, lo dejó a un paso de la coronación y con tres chances para concretarlo.
Es que la sensación es que en los dos primeros juegos de la llave la superioridad de Gimnasia quedó en evidencia desde un simple hecho que salta a la vista: es el que propone y dispone, mientras que Caova responde a esos estímulos intentando contrarrestarlos. Y en eso habrá que reconocerle a Gnass y equipo que hurgaron en el baúl de las defensas para intentar con zonas, combinadas y alternativas varias.
A veces no es un tema de actitud ni aptitud. A veces simplemente se trata de que hay un rival que hace las cosas mejor en una o dos noches.
Gimnasia tuvo otro inicio claro con profundización para Evangelista, agresividad para atacar la defensa con Ettorre, Suárez y Capra, con espacios y pase para lastimar de tres puntos. La lectura contra la zona (Caova la usó después de cada conversión) fue perfecta, con tiros en la bocha, triples en las esquinas, rompimientos y hasta rebote en ofensiva.
Pero el problema de Caova no estuvo sólo atrás, sino que adelante demoró en encontrar el gol exterior de Cordero, tuvo como recurso principal el uno contra uno de los internos y fue una fuerza más de choque que de juego. Horrores costó anotar tiros de campo y aunque se ganó varias visitas a la línea, tampoco fue efectivo allí.
En contrapartida, Gimnasia era claridad y máximo aprovechamiento de los errores no forzados de la visita, a tal punto que en el tercer cuarto vio la chance de quebrar cuando Caova tuvo un lapso de frustración en el que no hizo bien el balance defensivo. Desde la impotencia visitante y la lluvia de triples local, el juego trepó a más de 20 de diferencia y parecía cosa decidida para Gimnasia ante un rival que protestó una menor tolerancia de los jueces en los roces en zona propia, algo que pudo tener asidero en alguna ocasión pero que lejos estuvo de ser factor en el juego.
Es verdad que en el segmento de cierre Gimnasia se relajó y permitió a los visitantes que se arrimen desde el coraje de Maggi, pero no hubo capacidad de explosión para cambiar el rumbo del partido.
Gimnasia sabe a lo que juega, compacto atrás, con movilidad adelante, de lo colectivo a lo individual y de lo individual a lo colectivo. Los de Junco lucen naturales, afianzados, con confianza en cerrar el año y un ciclo brillante con un título.
Caova prueba, pero no le sale, con menor rotación y mayor merma física. A Gnass le falta sólo patear el tablero, aunque quizás su experiencia le diga que la presión alta o acelerar el ritmo no parecen la fórmula ideal para su equipo. Lo cierto es que en casa el viernes Caova deberá buscar un partido distinto, que traslade la incomodidad a su adversario para poder llegar al lunes.
SÍNTESIS
GIMNASIA 89: Lautaro Suárez 15, Augusto Capra 13, Alejandro Ettorre 9, Maximiliano Yanson 15, Juan Pablo Evangelista 8 (fi), Iñaki Saenz 3, Ramiro Iglesias 3, Agustín Chiana 13, Andrés Meinero 10. DT: Mariano Junco.
CAOVA 75: Santiago Cordero 22, Sebastián Pereira 6, Pablo Prat 9, Guido Rodríguez 8, Franco Correa 9 (fi), Pablo Maggi 17, Gastón Rojas 4 DT:
ESTADIO: Gimnasia
ÁRBITROS: Salcedo, Olivera y Miraglia
PARCIALES 22/18, 44/33 y 76/57
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