La pandemia del coronavirus hace estragos y no se salva ningún rubro comercial. El confinamiento obligó a los gimnasios, estudios de pilates, crossfit y entrenamiento funcional a bajar sus persianas: están pasando por una situación crítica, que podría ser aún peor, en el caso de que se extienda el aislamiento social, preventivo y obligatorio. En ese marco, desde el Grupo Gimnasios Unidos de Rosario, piden que se flexibilicen una serie de medidas como exenciones impositivas, créditos a tasa cero y prorrateo de impuestos, entre otras cuestiones.
Walter es vocero de Gimnasios Unidos y contó a El Ciudadano que están ante un escenario de crisis: al no generar ingresos, muchos gimnasios bajarían sus persianas definitivamente si no reciben un acompañamiento del Estado.
«Nuestro rubro tuvo que cerrar varios días antes de que se decrete la cuarentena. La problemática está en que hay que seguir pagando los alquileres, los salarios de los empleados, los servicios e impuestos. Pedimos un acompañamiento más sólido porque no vamos a poder subsistir y muchos gimnasios van a la quiebra», lamentó.
En Rosario hay alrededor de 150 gimnasios que emplean, directa e indirectamente, entre 3 y 4 mil personas. «Los gimnasios no podrán sostenerse si siguen cerrados. La mayoría son monotributistas y no tenemos espalda financiera para hacerle frente a esta estructura, hasta que las condiciones esten dadas para barajar y dar de nuevo», advirtió Walter.
El vocero de Gimnasios Unidos explicó que muchos optaron por dar clases virtuales, pero aunque los clientes paguen alguna cuota “a voluntad”, no es una forma de recaudar y mucho menos de cubrir los gastos que tienen que afrontar.
Walter dijo que como el sector será unos de los últimos en retomar sus actividades habituales, ya elaboraron un protocolo. “Se hizo en función de la superficie y actividades que tiene cada gimnasio. Es decir, que entren determinada cantidad de personas, reforzar la limpieza, proveer alcohol en gel y limitar la cantidad de gente en los vestuarios”.
Y remarcó que “los gimnasios no son solo un lugar de esparcimiento, sino que es fudamental para el bienestar físico y emcional de las personas. Además somos generadores de empleo de muchos jóvenes que recién empiezan en la actividad”.
En coincidencia con su colega, Sol García (a cargo del instituto Athor Pilates) dijo que la mayoría de los gimnasios no podrán mantenerse en pie si se estira la cuarentena.
«Necesitamos una ayuda. El gobierno tiene que rever nuestra situación. Si no trabajamos, no tenemos ingresos para aforntar ningún tipo de gastos. Ni para el alquiler, ni monotributo, ni impuestos, ni servicios”.
García, como el resto de sus colegas, apoya las medidas de prevención que tomó el gobierno nacional por la pandemia del coronavirus, pero “si el salvavidas no llega en tiempo y forma ninguno podrá sobrevivir”.
En la misma línea, Guillermo quien está a cargo de dos gimnasios de la zona céntrica, expresó que es una situación muy difícil y pide que se visualice y se hagan eco de la problemática del sector. “Todos entendemos que no podemos abrir nuestros locales. Pero el tiempo pasa y el cese de la cadena de pagos cada vez es peor. No sabemos cupando llegará una ayuda del estado”, lamentó.
Lo gimnasios y estudios de pilates saben que van a ser uno de los últimos rubros en poder abrir sus puertas y retomar sus actividades. Saben que la cuarentena es una medida necesaria y, que de esa manera, se aplana la curva pero el peligro sigue. Saben que si esa medida continúa están a pasitos de la quiebra. Saben que no moverse tiene consecuencias en la salud. Lo que no saben es cómo sobrebvivir ante esta pandemia sin ayuda del estado. Y por eso necesitan un poco de oxígeno.