El Go es un juego milenario chino que consiste en controlar mayor territorio que el oponente. Las piedras o fichas no se mueven sino que entran al tablero cuando hay libertades, como se llaman los espacios no ocupados, y salen cuando se pierden. Se rige por apenas cinco reglas fáciles de aprender de las que derivan infinitas variables. Tantas que en uno de sus versos Jorge Luis Borges dice que “sus variaciones agotarán el tiempo”. Aunque no es muy popular, en Argentina se juega desde la década de 1970 y prueba de ello es el torneo nacional que desde entonces se hace cada año en Buenos Aires. Por primera vez, ese encuentro tendrá lugar en Rosario este fin de semana, donde además de la competencia se dictarán clases para principiantes.
Arranca
Organizado por la Asociación Argentina del Juego de Go, el torneo se desarrollará en el Espacio Cultura Universitario (ECU) de San Martin 750 este sábado, domingo y lunes entre las 9 y las 20. La entrada es libre y gratuita para quienes quieran ir a ver, y tiene un costo de entre 200 y 300 pesos para los jugadores. Ya hay más de 50 inscriptos a través de la página www.go.org.ar de distintas partes del mundo. Entre ellos participará el jugador profesional coreano Eodeokdung Lee quien competirá con el sauceño Fernando Aguilar, categoría 7 dan, y es el único latinoamericano que venció a un japonés profesional.
Rosario juega al Go
Desde hace dos décadas en Rosario hay un grupo de jugadores aficionados y profesionales que se reúne todos los jueves en algún rincón de la ciudad. Entre ellos está el antropólogo Jaime Guiamet, que solía jugar al ajedrez hasta que conoció el Go hace 12 años. Desde entonces lo elige todos los días. En septiembre representará a la Argentina en el torneo internacional Primer Ministro, que se realiza en Corea del Sur entre el 8 y 14 de septiembre. Jaime responde las consultas de El Ciudadano sobre las reglas del Go pero antes de finalizar aclara: “Es más importante jugar lindo que ganar”. Para Guiamet si el ajedrez es el juego de la ciencia, el Go es el juego del arte. “Las formas que hacen las piedras entre sí tienen una dimensión estética muy desarrollada. En el Go el objetivo no es matar al otro, sino al revés. A veces, para ganar tenés que dejar una gran parte de su territorio al otro. Hay que aprender a ceder”, explica. Uno de los atractivos del juego es que las reglas son muy fáciles de aprender. “Pero mientras más conocés te das cuenta lo interesante que es, porque parece que no se agota nunca”, agrega Guiamet.
Se supone que el juego de origen chino tiene 4 mil años. Además de ser el más antiguo del mundo, es el único milenario que no modificó sus reglas desde que se empezó a jugar. Guiamet, quien además es investigador de Conicet y conforma el club rosarino de Go, cuenta que aún no tiene sede fija en la ciudad, por lo que cada jueves a las 20 se reúnen en un bar distinto. En forma de invitación brindó la página de Facebook “Rosario Go” donde concretan esas cita, para quienes quieran acercase a conocer de cerca el juego que desafía al tiempo.