Desde 2012, la conducción económica tendrá un número entre ceja y ceja: los ahorros que la eliminación de subsidios le tendrán que dejar a las arcas públicas será no menores de 7.000 millones de pesos. Es la cifra a la que había llegado en su momento el equipo del viceministro Roberto Feletti, hoy diputado nacional, y al que adhirió su reemplazante, Axel Kicilof. Cualquier cifra menor será considerada un fracaso. Como las medidas que se aplican desde ayer garantizan aproximadamente un ahorro fiscal de no menos de 4.300 millones de pesos, la clave estará ahora en la forma en que hacia adelante el Ministerio de Economía de Hernán Lorenzino logre obtener los 2.700 millones de pesos restantes.
El número no cierra con la eliminación de subsidios anunciada hasta ahora. La buena noticia es que para llegar a esa cifra hay tiempo. Los 7.000 millones de pesos deberán cerrarse para diciembre de 2012, exactamente dentro de un año.
Para comenzar a actuar en el sentido de reducción fiscal, en principio se esperará a conocer el resultado final de los clientes urbanos y suburbanos de luz, gas y agua que voluntariamente optaron por dejar de percibir el beneficio. Luego se tendrá en cuenta la aplicación, desde el segundo bimestre, del plan de eliminación del beneficio a más barrios y zonas del conurbano, donde ya se sabe (pero no se anuncia aún) que no habrá más subsidios.
La idea general de Economía, en tándem con el Ministerio de Planificación de Julio de Vido, es que con la aplicación de ese nuevo listado de eliminados del beneficio, más nuevos sectores económicos productivos que ya no tendrán los subsidios, el número estará al alcance de la mano.
En este punto, los actores más políticos que trabajan en el tema piden prudencia a los fiscalistas que exigen definiciones: para tomar decisiones sobre nuevos anuncios de eliminados (más allá de los nuevos barrios y sectores económicos) se debería esperar a mediados de año para verificar cómo marcha el programa ya en aplicación.
Políticamente ya se había optado por el anuncio de eliminación del beneficio, mostrando a la sociedad a los sectores más pudientes y con propiedades en las mejores zonas de la ciudad como los primeros en ser eyectados de las ventajas. También se mostró a bancos, mineras, petroleras, casinos, bingos, etc. como los sectores económicos que también estarán fuera de los subsidios.
Cuadro tarifario
Esos 7.000 millones de pesos forman parte, en realidad, de un cuadro más amplio de 17.000 millones de pesos de todo el cuadro tarifario general en cuanto a los servicios públicos con subsidios. Integran además los 69.186 millones de pesos proyectados en el presupuesto 2012 aprobado por el Congreso, destinado a diferentes subsidios a servicios públicos, incluyendo transporte terrestre, ferroviario y marítimo.
La intención seria del oficialismo es, al menos este año, no avanzar en estos puntos más allá de cierta racionalización a partir de la implementación del sistema Sube.
El nuevo esquema que tiene en mente el gobierno incluye, además, que no habrá negociaciones abiertas con las empresas prestatarias de los servicios (Edenor, Edesur, Edelap, AySA, Gas Natural, Metrogas, Sudamericana de Aguas, etcétera), para que parte del dinero que los usuarios pagarán cuando lleguen las boletas sin subsidios vaya a las arcas de las compañías. Según el criterio oficial, antes de verificar otros ajustes tarifarios destinados a mejorar las rentabilidades de los prestatarios, los dueños de las operadoras tendrán largas y amansadoras reuniones en el despacho del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dispuesto como nunca a tomarse todo el tiempo disponible en el universo a analizar las estructuras de costos de sus interlocutores.