El modelo de apertura y desregulación económicas comenzó a mostrar sus consecuencias en Santa Fe con los recientes despidos en fábricas que se reconvierten en importadoras. El ministro de Desarrollo Productivo de Santa Fe, Gustavo Puccini, acusó recibo del impacto y auguró un «2026 complejo» por el correlato en la pérdida de empleos. El mismo pronóstico sombrío trazó el abogado, asesor de empresas y secretario de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Walter Andreozzi. «Los factores que provocaron estas decisiones van a continuar», señaló y precisó de qué habla: «La apertura indiscriminada de las importaciones, sumada a la caída de la demanda».
Los cimbronazos más recientes en la provincia fueron los de la tradicional fabricante de grupos electrógenos Cramaco-DBT, en la localidad de Sastre, y la histórica firma de ollas de aluminio fundido Essen, en la ciudad de Venado Tuerto. Dos emblemas locales y movilizadores económicos de la región que pasarán a importar equipos de China en reemplazo de los que hacían en sus respectivas plantas. De un esquema industrial a uno logístico, con la consiguiente merma de plantilla laboral.
El referente de Fisfe recordó que en Santa Fe ya se evidenciaba una pérdida de empleos «por goteo» que en la última semana escaló con los despidos en Sastre (centro oeste provincial) y Venado Tuerto (en el sur de la bota) que tendrán un fuerte impacto en las tramas económicas regionales por la afectación indirecta en proveedores y en la dinámica comercial frente a la pérdida de ingresos laborales.
Horizonte nublado
Andreozzi avizora que la retracción productiva se profundizará. «Hay una ratificación de esta política a nivel electoral», recordó sobre el respaldo en las urnas al Gobierno del presidente Javier Milei. Y en función de eso: «No vemos que el escenario cambie por lo menos en los próximos dos años». En comparación con los indicios previos de esa dinámica, esbozó un cambio cualitativo entre las «rescisiones laborales a partir de renuncias negociadas o retiros voluntarios que no tenían impacto en la calle» a los actuales despidos.
Son «empresas que se están reconvirtiendo a través de las importaciones, y eso afecta al empleo», resumió el cuadro el ministro Puccini.
El funcionario mencionó particularmente el caso de Cramaco-DBT que complica a Sastre, en el centro oeste provincial. «Estuve hablando con la presidente comunal (María del Carmen Brunazzo) de la situación», relató. «Son 37 familias que dejan de trabajar en una empresa que no cierra sino que se reconvierte, va a importar y dejar de producir. Esa alarma la estamos teniendo en distintos lugares», advirtió.
El cuadro derivado del modelo económico nacional tensiona a las administraciones provinciales y locales, que deben salir a capear el cimbronazo a contrapelo del dogma de Estado mínimo fogoneado por los libertarios desde la Casa Rosada. «Debemos ver cómo acompañar la reubicación de muchos trabajadores, quizás en otras empresas, ya ha sucedido en otras localidades, pero esta es una alerta porque si también esto sucede en muchas empresas la reubicación es difícil», admitió el responsable de Desarrollo Productivo.
¿Hay salida?
El directivo de Fisfe evaluó que en el contexto del modelo aperturista impulsado por La Libertad Avanza las propuestas de reconversión y modernización de las compañías locales para competir son inviables. Graficó con alusión a las temporadas de las series de Netflix para afirmar que no hay novedad sino repetición de ideas fallidas: «Ya lo hemos escuchado en otros períodos de gobierno».
Andreozzi concedió que algunos sectores industriales «han quedado retrasados y la posibilidad de desarrollarse y mantenerse es limitada». La salida, agregó, no pasa por lo que plantea el Gobierno nacional, la apertura indiscriminada a contrapelo de las políticas de protección estatal crecientes en el mundo, incluso en los Estados Unidos de Donald Trump. «Sin una acción reparatoria o complementaria, es de una crueldad absoluta», refirió el dirigente industrial.
El secretario de Fisfe hizo hincapié en el celo con el que se deben implementar reformas como las anunciadas por el oficialismo nacional. Tanto sobre el régimen tributario como la referida a la reforma laboral. Deben diseñarse con acuerdos y consensos, señaló con interpelación a legisladores y sindicatos. «Si no tienen una base de consenso mínimo, lo único que van a hacer es incrementar la conflictividad», advirtió.
Puccini, ante otra consulta, aportó: «La macroeconomía les está dando el paraguas (a las empresas), pero los costos financieros para una toma de crédito tiene que estar a la baja», mencionó.
