El gobierno sudafricano finalmente reconoció ayer su “error” al contratar al traductor para sordos que provocó un papelón durante el funeral del ex presidente Nelson Mandela, y atribuyó los problemas a que no “habla bien inglés”, pese a que el mismo protagonista afirmó que había sufrido un ataque de esquizofrenia.
El joven intérprete, Thamsanqa Jantjie, reconoció que tuvo un brote, pero defendió su capacidad para interpretar con lengua de signos.
Jantjie señaló a la cadena BBC que vio “ángeles” durante el funeral, y resaltó que había trabajado como intérprete para otros actos oficiales del partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (ANC).
Luego de casi dos días de silencio, la viceministra de Mujeres, Infancia y Discapacitados, Hendrietta Bogopane Zulu, admitió que si bien el joven “procede de una escuela para sordos, puede haber sido un error su contratación”.
El martes pasado, durante el funeral de Estado en el que, entre otros, hizo uso de la palabra el presidente de EE.UU., Barack Hussein Obama, Jantjie estuvo parado a su lado, con la acreditación colgando del cuello y realizando incomprensibles movimientos de brazos que nada tenían que ver con el lenguaje de los gestos.
El hombre aseguró que sufre esquizofrenia y que está medicado. “Intenté controlarme y ocultar al mundo lo que me ocurría. Lo siento mucho”, se excusó. “He interpretado muchas conferencias y en ninguna dijeron que lo hice mal”, se defendió y agregó que está feliz por el trabajo en el acto por Mandela.