El gobierno nacional y sectores del sindicalismo oficialista y opositor coincidieron ayer en la necesidad de que las paritarias que se realicen este año tengan una vigencia de doce meses y no un plazo menor. Sin embargo, otros sectores del gremialismo opositor y oficialista reclamaron que “no haya techo” en las negociaciones y no descartaron la exigencia de “cláusulas gatillo” en caso de una disparada inflacionaria.
En rigor, la Ctera y los cuatro gremios docentes con representación nacional enrolados en la CGT oficialista de Antonio Caló (UDA, Sadop, Amet y CEA) coincidieron en reclamar un acuerdo “corto”, al rechazar la pretensión del gobierno de una “paritaria anual”, y advirtieron que exigirán un piso salarial que “supere la inflación”.
Por otro lado, ATE reclamó un “aumento salarial urgente” para los empleados públicos de la provincia de Buenos Aires y ratificó el paro y movilización para hoy, tras la primera reunión paritaria de los gremios con el gobierno de Daniel Scioli.
La misma estrategia
En su habitual conferencia de prensa en Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó ayer que el gobierno va a “propiciar una paritaria de carácter anual”, para establecer “las condiciones de fijación del salario de los trabajadores que dependen del Estado”, al considerar que “no hay condiciones objetivas” en la economía para “modificar las estrategias de negociación”.
Las palabras de Capitanich surgen un día después de la reunión que mantuvieron representantes de 16 provincias, en las que promovieron que las pautas de incrementos salariales para trabajadores estatales provinciales no superen el 25 por ciento, aunque después los propios protagonistas del encuentro relativizaron esa postura.
En ese marco, Capitanich rechazó el reclamo de algunos sindicatos de una suma fija a cuenta de las negociaciones por la inflación y el pedido de paritarias trimestrales, y argumentó que “la política económica” del gobierno “tiene una orientación muy clara”, al tiempo que destacó el panorama de “estabilidad y certidumbre”.
Sin topes
El mensaje del gobierno coincidió con el de los representantes del sindicalismo oficialista así como el del jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, aunque todos advirtieron que la discusión salarial se realizará sin topes preestablecidos y condicionada al ritmo inflacionario.
Moyano, quien había reclamado una suma fija de 3 mil pesos para atenuar los efectos de la inflación, indicó que los gremios que integran esa central obrera continuarán impulsando que las paritarias sean anuales, pero advirtió al gobierno que “nadie” les impondrá “topes” en la discusión salarial.
“Los topes que se los pongan ellos. A nosotros nadie nos pone topes”, alertó el líder camionero, quien aclaró que en el caso de su gremio volverán a sentarse en junio a discutir por un año más. También aclaró que “si se desborda (la inflación) a los seis meses, a los cuatro o a los ocho, vamos a volver a convocar las paritarias para discutir salarios que, por lo menos, acompañen” la suba de los productos.
“Tienen que ser anuales”
En tanto, los referentes gremiales oficialistas de la CGT que conduce el metalúrgico Antonio Caló y de la CTA coincidieron en que “las discusiones paritarias deben ser anuales” y sin topes en los reclamos.
El titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, indicó: “Estoy de acuerdo con que sean anuales y libres y que el gobierno garantice que lo acordado mantenga el poder adquisitivo” del salario de los trabajadores.
El secretario del gremio de La Fraternidad, Omar Maturano, coincidió en que “las paritarias tienen que ser anuales”, a lo que agregó que el marco de negociación debe ser “sin piso ni techo”.
El referente de la CTA oficialista, Hugo Yasky, también se inclinó por la “discusión anual de las paritarias con cláusulas de monitoreo” pero aclaró que fijar un tope en las discusiones “se hace difícil debido a las características que tiene cada gremio, cada sector parte de condiciones desparejas”.
El 25% “no se lo van a bancar”
Por su lado, el titular de la CTA opositora, Pablo Micheli, salió ayer a repudiar el tope del 25 por ciento de aumento salarial que buscan establecer algunas provincias de cara a las próximas paritarias, y advirtió que “no hay que repetir los errores del pasado de cortar el hilo por lo más delgado”.
“Un 25 por ciento de aumento no se lo va a bancar nadie”, estimó el estatal, al rechazar la intención de fijar en esa cifra el incremento salarial de los empleados públicos, al tiempo que consideró que, “ante una situación de crisis, no hay que reiterar los errores del pasado de cortar el hilo por lo más delgado”.
Micheli, cuya CTA reclama un aumento del 35 por ciento para este año, señaló que la propuesta de las provincias le pareció “poco creativa” y les recriminó que “terminan siendo funcionales al Poder Ejecutivo nacional”.
La postura de la UIA
La Unión Industrial Argentina (UIA) pidió ayer que las negociaciones salariales se lleven a cabo “en el marco de una estrategia integral y coordinada”, y se quejó por los recientes escraches a supermercadistas por “pretender hacerlos responsables por el incremento de precios”.
“Las negociaciones salariales –como otras negociaciones de relevancia– deben llevarse a cabo en el marco de una estrategia integral y coordinada”, indicó la central fabril en un comunicado difundido luego de la reunión de Comité Ejecutivo.
Ante la inminencia de la discusión salarial, la UIA afirmó que “el diálogo y el trabajo articulado son responsabilidades que deben hacer propias todos los actores involucrados, elementos fundamentales para la recuperación del crecimiento, la generación de empleo y la mejora en el salario real”. Reiteró “la importancia de generar instancias de diálogo y concertación social para encarar las cuestiones referidas a la coyuntura económica”.
La entidad que preside Héctor Méndez se quejó también por los afiches difundidos la semana pasada en los que se acusaba a dueños de hipermercados de ser los causantes de la suba de los precios, en el marco de una jornada denominada de “apagón de consumo”, destinada a que los consumidores no realicen compras en grandes establecimientos.
Cristina recibió a la CGT de Antonio Caló
La presidenta Cristina Kirchner ratificó anoche a la cúpula de la CGT oficialista la postura del gobierno de mantener el esquema de acuerdos paritarios por un año de duración. Lo hizo durante una reunión que mantuvo en la residencia de Olivos con el secretario general de esa central, Antonio Caló, quien asistió acompañado por el titular de Peones de Taxis, Omar Viviani, el de Smata, Ricardo Pignanelli, y el de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri.
“Tratamos con la presidenta la discusión de paritarias y nos dijo que deben hacerse en el marco del convenio colectivo de trabajo”, sostuvo Lingeri en declaraciones radiales, al retirarse de la quinta de Olivos.
A su vez, el sindicalista dijo que la mandataria “no dispuso nada sobre la cláusula gatillo” para ajustar trimestralmente los aumentos salariales, una de las propuestas que acercó la CGT de Caló, pero les recordó que en paritarias “ambas partes pueden acordar reabrir el acuerdo si hay grandes cambios” en el contexto económico. Lingeri también dio por superado el cruce de la presidenta Cristina Kirchner con Caló luego de que el metalúrgico hubiera dicho que “a algunos trabajadores el salario no les está alcanzando para comer”.
El dirigente gremial comentó además que el tema obra sociales formó parte del diálogo con la presidenta e incluso dijo que la titular de la Superintendencia de Salud, Liliana Korenfeld, se sumó un instante a la audiencia para repasar los reclamos del sindicalismo.