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Golpe a la banda Los Cuatreros

Dos decenas y media de allanamientos terminaron ayer con la detención de 13 personas en la zona oeste acusadas de pertenecer a la gavilla, que tenía a maltraer al barrio con amenazas, disparos y usurpaciones.

Un despliegue de 120 efectivos policiales llegó ayer a las calles de Cabín 9 con el fin de desarticular a Los Cuatreros, una banda denunciada por amenazar y disparar contra los vecinos con el fin de ocupar sus casas. El operativo buscaba dar con ocho de sus integrantes y fue el tercero en menos de un año y medio en la zona. El resultado fue la detención de 13 personas, siete de las cuales eran las buscadas, y el secuestro de tres armas de fuego. Uno de los aprehendidos, el sindicado líder de la gavilla, ya había caído en noviembre, pero fue puesto en libertad por falta de pruebas. Sólo uno de los buscados permanece prófugo. Además, en una casa fueron incautados elementos que se presume fueron sustraídos de la seccional del barrio, por lo cual se abrirá una nueva causa con la mira puesta en la responsabilidad de los anteriores jefes de la dependencia.

El megaoperativo pedido por el fiscal de Investigación y Juicio Fernando Dalmau estuvo a cargo de efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) que llegaron ayer por la madrugada a la zona oeste a bordo de unos cuarenta móviles policiales. Los 25 allanamientos buscaban dar con el paradero de ocho integrantes de Los Cuatreros. No era la primera vez que el despliegue de fuerzas provinciales llegaba al barrio de Pérez: dos procedimientos anteriores, en septiembre de 2014 y en noviembre del año pasado, tenían en la mira a esta banda.

Hace casi una década, en septiembre de 2007, Los Cuatreros emergieron en las crónicas policiales como un grupo de unos veinte jóvenes que andaban a caballo por las calles de Cabín 9 amenazando y atemorizando a los vecinos. En ese entonces, los jinetes eran conocidos por llegar a los lugares en los que se concentraba mucha gente, como fiestas o cumpleaños, donde rompían todo y amenazaban de muerte a cualquiera que se cruzara en su camino.

Varios años después, el 17 de septiembre de 2014, un importante operativo con más de 80 uniformados llegó a de Cabín 9 con el fin de desarticular la bandas, a la que entonces se investigaba por delitos como amenazas calificadas, lesiones graves y abusos de armas.

Los allanamientos de 2014 también fueron realizados por la TOE bajo las órdenes de Dalmau, y respondían a una serie de denuncias radicadas por vecinos en la subcomisaría 18ª. Ese procedimiento concluyó con quince propiedades allanadas, ocho detenciones y el secuestro de dos armas. En esa época, Dalmau sostuvo que los allanamientos buscaban desarticular a Los Cuatreros pero también a otras gavillas sobre las cuales también pesaban denuncias.

El 13 de noviembre pasado, hubo otro operativo con seis procedimientos en Cabín 9 y uno más en el barrio Tango y los uniformados detuvieron a dos hombres, entre ellos al sindicado líder de la banda Los Cuatreros, Roberto “Narigón” C., de 35 años. Sin embargo, el hombre fue puesto en libertad por falta de pruebas.

Usurpaciones bajo amenaza

En el operativo de ayer fueron arrestadas 13 personas. Siete de ellas estaban en la lista de ocho personas que buscaba Dalmau y a quienes el fiscal acusará por lesiones graves y amenazas a vecinos para que abandonen sus casas con el fin de ocuparlas. Un octavo hombre permanece prófugo. Otra vez, entre los detenidos está el Narigón, aunque según el fiscal esta vez hay elementos suficientes por hechos recientes que permitirán imputarlo.

Entre otros muchachos, quedaron detenidos el hijo del líder, Matías C.; Joel B., apodado Tibi, y Jonatan V., alias Caballo, mencionados por los vecinos en diferentes casos de violencia. En las casas de dos mujeres, una pariente de Tibi de 72 años y su novia, encontraron dos armas tumberas y un revólver calibre 22.

Tras el operativo, Dalmau deslizó un posible vínculo de Los Cuatreros con el tráfico de drogas, delito que debe ser investigado por la Justicia federal. En tanto, el fiscal evalúa las pruebas para imputarlos por asociación ilícita.

“Se trata de una banda con fuerte presencia en Cabín 9 que intimidaba a los vecinos con el fin de que hagan abandono de sus viviendas para ocuparlas. Los amedrentaban de todo tipo de maneras, sobre todo con disparos en sus casas, aunque también ha habido heridos de arma de fuego. El objetivo del operativo era la detención de personas que tenían vinculación directa y se logró”, dijo el fiscal.

Asimismo, el jefe de la TOE, Adrián Forni, resumió: “Fue una operación relámpago ejecutada sin ningún enfrentamiento y en la que logramos llegar a las personas que se buscaban sin complicación. Los vecinos aportaron mucho, no rechazaron la presencia policial”.

En principio, los detenidos serán sometidos a audiencia imputativa el próximo lunes, si prospera el pedido fiscal para postergar la acusación formal.

El líder

El Narigón, a quien vinculan con el manejo de búnkers en el barrio, estuvo imputado como partícipe necesario en el doble crimen de Guillermo Benítez, de 18 años, y Mario Bullón de 32, ocurrido en la madrugada del 14 de diciembre de 2014 en Aguaribay al 200, donde hubo un enfrentamiento armado entre dos grupos. Como resultado, Benítez –quien había sobrevivido poco antes a un ataque similar– recibió siete impactos por la espalda que le causaron la muerte, mientras que Bullón resultó herido en una pierna y falleció poco después en el Heca. Además, en la balacera una chica de 14 años sufrió graves heridas que le comprometieron la médula ósea y otras tres personas resultaron lesionadas por impactos de bala. Por el caso, la sección Inteligencia de la Policía de Investigaciones había detenido a dos familiares de las víctimas y a una tercera persona.

Heridos

A fines de enero, una nena de cinco años que jugaba en la vereda de su casa de Perito Moreno al 300 recibió un disparo que la hirió en el rostro y la oreja. Los tiros venían de un adolescente a bordo de una moto y apuntaban al vecino de la niña, también adolescente.

La nena fue llevada al Hospital de Niños y quedó fuera de peligro. Sobre el móvil del ataque, las versiones fueron varias y algunos vecinos lo relacionaron con una vieja disputa por el control de las calles entre Los Cuatreros y Los Stinfler, otra banda de la zona.

En febrero un chico de 17 años fue baleado en el abdomen en la esquina de Los Chingolos y Las Casuarinas. Según fuentes policiales, testigos apuntaron a cinco integrantes de Los Cuatreros, entre los que estaban Matías C., Tibi y Caballo. En las redes sociales, allegados al adolescente describieron que tres jóvenes del barrio llegaron en un Renault 12 a la escena de la balacera y atacaron al chico luego de que no pudieran hallar a su hermano. Dos días después Maximiliano L., de 23 años y según fuentes policiales hermano del adolescente, recibió un tiro en la ingle en la misma esquina del barrio.

Policías en la mira

El secuestro de bolsas de PVC en uno de los allanamientos allanados, que se presume pertenece a una carga que estaba en un camión incautado en la subcomisaría 18ª, determinó que la Fiscalía Regional decidiera abrir una investigación paralela. “Por estos elementos encontrados, se iniciará una investigación sobre el accionar de la administración anterior de dicha dependencia policial”, reza un comunicado. La seccional del barrio fue blanco en la madrugada del 14 de diciembre pasado de un hecho que tiene pocos antecedentes: un patrullero estacionado enfrente fue baleado por desconocidos que se movilizaban en una camioneta y que escaparon sin ser detenidos. La versión oficial fue era una represalia por la detención un rato antes de Rubén A., acusado de abuso de arma de fuego.

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