Un trabajador petrolero será juzgado por el femicidio de su esposa, quien en febrero de 2018 fue golpeada, ahorcada y prendida fuego en su casa de la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Gustavo Servera (41), quien está procesado con prisión preventiva por el asesinato de María Soledad Arrieta (38).
Según se informó desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) de la provincia de Chubut, el juez penal de Comodoro Rivadavia, Jorge Odorisio, resolvió el viernes pasado que Servera sea sometido a juicio por un tribunal colegiado como imputado del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido contra el cónyuge y por haber sido cometido a una mujer siendo perpetrado por un hombre, mediando violencia de género”.
El magistrado también dispuso que el acusado, un maquinista del rubro petrolero, continúe preso hasta la finalización del debate oral por considerar que dada la pena en expectativa –pena perpetua– existen el riesgo de que se fugue y/o entorpezca la investigación si es excarcelado.
De acuerdo con los voceros, el juez convalidó lo solicitado en una audiencia preliminar por la fiscal general comodorense María Laura Blanco; en tanto que el defensor particular Francisco Miguel Romero no se opuso a ninguno de los planteos de la representante del MPF.
Al momento de solicitar que se elevara la causa a juicio, la fiscalía dio por acreditado que el 5 de febrero de 2018, entre la 1.30 y las 2.02, Arrieta se encontraba en el interior de su domicilio, en la parte posterior de un predio ubicado en Juan Manuel de Rosas al 3600, en el barrio Abel Amaya de Comodoro Rivadavia, en el sudeste de Chubut.
En esas circunstancias se presentó en el lugar Servera, un maquinista de una empresa petrolera que residía en la parte delantera del predio y quien se cree ingresó a donde se hallaba su esposa por una ventana lateral.
Siempre con base en la acusación del MPF, el agresor primero la atacó a golpes, tras lo cual tomó un lazo metálico y lo colocó alrededor del cuello de la mujer para ejercer mayor presión y reducirla.
Luego, el atacante condujo a la víctima hasta su dormitorio, donde la roció con un líquido inflamable y la prendió fuego.
Mientras el femicida huyó, Arrieta murió por las quemaduras sufridas, detalló el informe judicial.
“El ataque reseñado se produjo como conclusión de una relación signada por violencia de género, en la que Arrieta se encontraba en una situación de subordinación y sometimiento hacia Servera, basada en una relación desigual de poder”, sostuvo la fiscal Blanco en su requisitoria.
Para la fiscalía, “el móvil del femicidio fue una eminente separación de pareja”, situación que ese mismo día “había producido una discusión” entre ambos “momentos previos al hecho”.
Por su parte, Servera, una vez detenido, se declaró inocente y aseguró que Arrieta profesaba la religión umbanda junto con una nueva pareja y que había mantenido diferencias con mujeres de otro templo, incluso con amenazas de por medio.
De hecho, el acusado contó que al momento del crimen él se encontraba en una plaza del barrio junto con los tres hijos menores de edad del matrimonio que posteriormente declararon en la causa a través de la Cámara Gesell.
Estos chicos –que quedaron al cuidado de la madre de la mujer asesinada– fueron en la causa penal por la Defensoría de Menores de Comodoro Rivadavia, al tiempo que la familia de Arrieta contó con el acompañamiento profesional del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito.