La Cámara de Apelaciones confirmó la condena para Esteban V., un hombre de 23 años acusado de golpear, quemar y morder a la hija de 6 meses, y de amenazar a la mujer si lo denunciaba. La Justicia de Casilda lo había penado con tres años y 6 meses de prisión por lesiones dolosas agravadas por el vínculo y amenazas coactivas. La defensa del acusado apeló el fallo, negó la autoría de las lesiones y pidió la libertad. Para el Tribunal de Cámara, integrado por los jueces Bibiana Alonso, Daniel Acosta y Gabriela Sansó, hubo maltrato infantil en el marco de una situación de violencia de género.
“La situación era generada única y exclusivamente por su condición de mujer, lo cual se expandió horizontalmente sobre su hija (también mujer) a quien violentó físicamente aprovechando la anulada subjetividad de su madre y la indefensión e inferioridad física de la niña bebé”, señalaron los jueces en el fallo.
Maltrato
Esteban V. tiene 23 años y vivía junto con Eliana G. y la hija de ambos de 6 meses en Cañada de Gómez. Según explicó la Fiscalía, él maltrataba a la bebé y amenazaba a la madre para que no lo denuncie. Los vecinos escuchaban cada vez que él le gritaba y la beba lloraba.
Un día fueron hasta la casa de la pareja, le sacaron una foto a la beba lastimada y la llevaron hasta la comisaría como prueba para denunciarlo. La Policía entró en la vivienda, vio las lesiones y llevó a la beba con un médico que las constató. Tenía lastimaduras en la cara, en el abdomen, en las manos y en los pies hechas por ataduras, pellizcos, quemaduras y mordeduras.
A los médicos le sorprendieron dos cosas: que la beba esté afónica después de tanto llorar y que se asuste al escuchar la voz de un hombre.
“La beba de apenas 6 meses de edad reacciona a la voz masculina con evidentes síntomas de rechazo y pavor”, señaló el informe médico, que también mencionó que la beba sólo lloraba cuando estaba con el padre.
Los médicos coincidieron en que las lesiones fueron hechas por otra persona porque no son normales para una beba de 6 meses. También determinaron que las fechas en las que aparecieron coincidieron con los momentos en que la beba estaba con el padre.
“La niña era como un ser escapado de la realidad que no reaccionaba, que estaba como ausente. Neutralizado el foco de violencia que causaba el hombre, la niña llevó una vida de normal desarrollo, sin más síntomas físicos ni psíquicos de violencia, lo que nos arroja una conclusión ineludible: el autor de esa violencia era sin dudas su padre”, concluyó el Tribunal.
Violencia machista
Esteban V. era controlador y celoso. A Eliana G. le prohibía salir de la casa, tener teléfono celular y la controlaba cuando hablaba con la madre. Ella era quien la acompañaba al médico y pagaba los pañales y el alimento de la beba. Para la Fiscalía, Esteban V. rechazaba que su hija fuera mujer.
Según contaron los testigos, Eliana G. tenía miedo. Él la amenazaba y le decía que si lo denunciaba iba a lastimarla a ella, a la beba y a prender fuego la casa de la madre. La amenaza fue confirmada por la trabajadora social de Promoción Social de Cañada de Gómez, la trabajadora social aportada por Fiscalía, la abogada y el psicólogo de Eliana. Para los profesionales, ella pudo contar la situación después que el hombre fue detenido y ella se sintió a salvo con la beba.
Para el Tribunal, Eliana G. estaba sometida y no podía reaccionar para defender a la hija. Su pareja la había anulado y le había hecho creer que era él quien tenía una actitud normal hacia ambas.
Desde que lo detuvieron, Eliana G. empezó a trabajar con la hermana y en la actualidad tiene un ingreso económico propio. Ella se encuentra bien y la beba está saludable.