Radicado en España desde los primeros años de los 90 en “un proceso personal de intentar abandonar el personaje”, Gonzo Palacios, ex Los Twist y omnipresente saxofonista del rock argentino de los 80, regresó al país para ofrecer una serie de presentaciones junto a su banda instrumental. “Lo que tengo para decir con mi música, al final de todo, es emoción, en una época en donde a la gente le molesta cada vez más ser conmovida en un recital. Busca cosas más planas”, aseguró en una entrevista con Télam.
“Siempre traigo el saxo, pero las veces que vine y toqué fueron invitaciones o cosas puntuales, como cuando nos juntamos con Fricción. Pero de manera oficial debe hacer 20 años que no me presento en el país. La banda es la misma con la que toqué siempre y el concierto del San Martín será grabado para un disco en vivo”.
“Ves a la gente más concentrada en registrarlo con su móvil y mandárselo, que dejándose atravesar por lo que estás tocando. Es muy triste. Es una lucha constante que a veces se gana y a veces, no”, reflexionó.
Más allá de estas consideraciones generales, El Gonzo, como se lo conoce en el ambiente, aceptó que es una incógnita la reacción que encontrará en el show previsto para este martes, a las 20.30, en la Sala Enrique Muiño, en El Cultural San Martín de la ciudad de Buenos Aires. Al día siguiente, a las 22, en el local Mr. Jones de la ciudad bonaerense de Ramos Mejía, el músico tendrá su segundo reencuentro con el público.
La formación que lo acompañará está integrada por Alejandro Ridilenir, en guitarra eléctrica; Daniel Castro, en bajo; Fernando Del Castillo, en bateria; Gustavo Ridilenir, en flauta y saxo tenor; Fabián Prado, en piano y sintetitzador; y Santiago Castellani, en trombón.
“Siempre traigo el saxo, pero las veces que vine y toqué fueron invitaciones o cosas puntuales, como cuando nos juntamos con Fricción. Pero de manera oficial debe hacer 20 años que no me presento en el país. La banda es la misma con la que toqué siempre y el concierto del San Martín será grabado para un disco en vivo”, detalló.
Además de ser miembro fundador de Los Twist y de Fricción, El Gonzo puso su saxo en los 80 al servicio de Charly García, Soda Stereo, Andrés Calamaro, Viuda e Hijas de Roque Enroll, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Sumo, entre otros; sin embargo, a medida que comenzó a avanzar la década del 90 se perdió su rastro público.
“Vivo en abstracto porque estoy ajeno a las redes sociales, así que no sé quién soy qué lugar ocupo. Hay un público que no conozco. Antes, por tocar en todos lados, conocía las primeras filas de muchos grupos, algo que ahora con la distancia no conozco”, afirmó Palacios al ser consultado sobre la eventual recepción que tendrán sus shows en su regreso al país.
“La historia del rock argentino de los 80 la escribieron los que triunfaron y los que se quedaron”
Aceptó que entre la insistencia de la prensa en que cuente anécdotas de los artistas con los que trabajó en vez de hablar de música y la postura del público “que prefiere que toques algo más errático, repetitivo y que no interrumpas demasiado su vida con una emoción”, la labor del músico se convirtió en “algo quijotesco”.
También admitió que “en parte siempre fue así”, aunque recordó que “hubo un momento en que los músicos y el público estaban más alineados”.
Consultado sobre los estilos musicales que abordará en los dos shows que brindará en Buenos Aires Palacios adelantó: “En general, giro alrededor de la música negra y sus derivados; el blues, el rhythm & blues, el rock, soul, funk y un acercamiento al jazz, sobre todo porque la cantidad de improvisación remite a él, pero no soy un músico de jazz ni pretendo serlo”.
Palacios es saxofonista, llegó a ese instrumento de casualidad después de interpretar durante un tiempo la flauta dulce. “En casa estaba mi mamá que escuchaba música barroca y renacentista; mis hermanos escuchaban Beatles y había un disco de mi tío, que era músico de jazz tradicional. Así que la impronta de la música negra estaba. De a poco fui pasando a la flauta traversa y quería ser guitarrista, pero no me daban los dedos. Hasta que un amigo me mostró un saxo que se había comprado. Era un instrumento que sonaba 40 veces más fuerte que mi flauta traversa. Para mí era como el punto justo entre la flauta traversa y la guitarra eléctrica. Mi mamá me compró uno pero yo lo seguía viendo como una guitarra eléctrica y recién en Los Twist empecé a verlo como un instrumento en sí mismo y a escuchar saxofonistas”, relató.
“Las bandas me querían porque tocaba como un guitarrista. No era un músico de jazz. A los grupos generalmente los mandan los guitarristas y no querían a un tipo que metía cincuenta escalas en cuatro compases. Yo escuchaba el tema, pensaba qué tocaría ahí un guitarrista, lo cantaba, lo sacaba de oído en mi saxo y lo tocaba”, recordó sobre su paso por varias de las formaciones más emblemáticas del rock argentino, como la que acompañó a Charly García, considerado por muchos como el productor las bandas claves de los años 80. “En realidad, todas esas bandas ya estaban cocinadas cuando las agarró Charly”, opinó Palacio. “Sin su producción, ninguna hubiera sonado diferente, era una ayuda más desde la experiencia. No es que les daba un sonido, sino que las ayudaba a ser ellas mismas. Esa fue genialidad. Sacar la fotografía en el momento justo. Tuvo esa importancia pero también hay mucho mito. Si le preguntás a Charly, te va a decir que él inventó a Los Twist. Si le preguntás a Pipo Cipolatti, te va a decir que él es Los Twist. Petinatto te va a decir que él inauguró el Café Einstein. Nada fue así y yo lo sé porque estuve ahí. Pero la historia del rock argentino de los 80 la escribieron los que triunfaron y los que se quedaron”.