Este domingo por la noche estaba la gran oportunidad de que Gran Hermano se reivindicara ante todas las desprolijidades que tuvo en esta última edición. Luego de 210 días, el uruguayo Bautista Mascia se alzó como ganador de la gran casa un participante que, al igual que Marcos Ginocchio, ganador de la edición anterior, no tuvo estrategias, no causó revuelo, sólo es un chico bonito que mostró algo de su talento musical.
En esta edición que culminó el domingo se cerró una edición polémica en la que Furia, una de sus participantes, entró siendo una gran estratega pero terminó siendo alguien que no hizo otra cosa más que atacar a sus compañeros, buscó sacarlos de su eje con gritos constantes y la televisión desbordó de violencia, sobre lo cual la producción tomó muy pocas cartas en el asunto. Incluso en un momento se dijo que es prima de la esposa de Santiago Del Moro, nada menos que el conductor del ciclo.
En la misma línea, al tener a un participante homosexual entre los finalistas, bien podría haberse aprovechado la situación para dar un apoyo aún mayor a la comunidad LGBTQ+, pero no fue así.
Tras más de 200 días de aislamiento, este domingo se conoció al ganador del reality en una noche que, por lo que se pudo ver en la emisión, hubo algunas sorpresas.
El primero en tener que salir de la casa fue Nicolás, ya que resultó tercero por el voto positivo del público y luego se conoció que Bautista fue el gran ganador del certamen, con el 56.2% de los votos, mientras que Emmanuel se quedó con el segundo lugar.