La pandemia provocó el aislamiento social preventivo y obligatorio, pero lo que no pudo frenar es el instinto solidario de muchas personas. El año había arrancado con todo para Botines Solidarios Rosario, con visita de un colegio francés y el paso de Piri Weepu, ex All Black campeón del Mundo en 2011, pero los planes para el resto de la temporada se vieron truncados por la llegada del Covid-19. Aunque el rugby enseña que ante la adversidad hay que levantarse y seguir, y por eso el lado solidario salió a relucir.
“Empezamos los días de entrenamiento por Zoom, pero no todos pueden engancharse, y casi sin querer, hace más de un mes atrás nos llamaron del Banco de Alimento Rosario, para darnos bolsones de comida, porque desde la Municipalidad y la Provincia centralizaron la ayuda por ahí. Sin darnos cuenta, ese llamado nos motivó. Cuando llevamos esos bolsones vimos que podíamos hacer mucho más”, cuenta Leandro Lobrauco, ex Puma y ex jugador de Atlético del Rosario, quien es el referente de Botines Solidarios Rosario.
Lobrauco y sus colaboradores trabajan desde 2014 con la Fundación Botines Solidarios y junto a la Municipalidad de Rosario inauguraron la primera cancha de rugby social en el Parque del Mercado. La iniciativa propone llevar el rugby a los barrios como un vehículo de formación, educación e inclusión social. Participan más de 200 chicos que practican rugby en los polideportivos Parque del Mercado, Las Flores, Deliot y Cristalería, junto a ex jugadores y profesores de educación física.
“La idea para poder organizar los bolsones fue armar tres tipos de Pack Botines Solidarios, tres valores diferentes, mediante transferencia bancaria a una distribuidora, propiedad de unos amigos. Después Botines recibe los comprobantes y el viernes la distribuidora de alimentos ya tiene los bolsones armados para ser entregados el día sábado”, afirmó Leandro.
“Vimos que esta era la manera más práctica para poder llegar a más chicos, que significa llegar a más familias, es muy bueno el pack que armamos, tiene muy variada la composición de alimentos”, comenta el ex Puma.
“El sábado pasado hicimos el cuarto sábado consecutivo de entrega de alimentos a las familias de nuestros jugadores. Es la oportunidad que tenemos también de saber mirándolos a los ojos cómo están, cómo van con las tareas de la escuela, qué necesitan. También sabemos que la entrega es gracias al aporte de cada uno de las personas que colaboran con dinero, y les asegura cuatro o cinco días de comida en cada casa”, expresa Lobrauco.
Con dicho recorrido, Botines Solidarios llegó ya a los 1.660 kilogramos de alimentos entregados. Desde la organización reiteran el agradecimiento para todas las personas que han realizado una transferencia bancaria. “Saber que nos apoyan y confían en nuestro trabajo es una alegría que hubiéramos deseado no experimentar”, fue el mensaje desde Botines publicado en sus redes sociales.
La recorrida es por los barrios Stella Maris, Las Flores y Parque del Mercado, donde Botines tiene su cancha. Otro punto de reunión es en Uriburu y Grandoli, y también en los últimos sábado se agregó una parada más en Uriburu y el río, barrio de pescadores, donde se colabora con unas familias en las que varios de sus chicos son jugadores de Botines.
Pero a medida que fueron realizando los repartos, se fueron dando cuenta que había que ampliar esa red de ayuda. “Llegamos hasta una Iglesia Evangélica en barrio Cerámica, llevamos bolsones de comida, ampliamos la ayuda, en un principio fue por un contacto, nos dimos cuenta que podíamos hacer un poco más”, comenta Lobrauco, quien además de llevar los bolsones, utiliza la movida como excusa para poder tomar contacto con los chicos. Las charlas por Zoom son valiosas, pero la presencia física hace que los chicos sientan que no están solos y que hay personas que se preocupan por ellos. “También la excusa, de ver los chicos, preguntarles cómo van con la escuela. Siempre respetando las normas de higiene, seguimos estando cerca de los chicos, que sientan que seguimos con ellos, a la gran mayoría los vimos crecer, uno genera un vinculo de afecto, y verlos es un combustible para generar más cosas para que ellos puedan estar mejor”, expresa Lobraudo.
En cuanto a la composición de los jugadores de Botines Solidarios, el ex jugador de Atlético del Rosario explica: “Contamos con jugadores de todas las edades, plantel superior y juveniles, infantiles, dentro del rugby social son parte de un club, los chicos sienten que Botines es una familia, chicos que nunca hubieran sido amigos hoy comparten una cancha, un tercer tiempo, sentido de pertenencia, se sienten parte del equipo. Ellos sienten una responsabilidad, porque representan a Botines Solidarios, ellos son parte de algo, ellos transmiten a sus familias y amigos los valores que reciben”.
“Habíamos arrancado de manera excelente el 2020, primero vino un colegio de Bayonne, de Francia; después vino Piri Weepu, un año que veníamos muy alto, una temporada que estábamos motivados para mucho más, teníamos muchos planes para hacer con los chicos, pero tuvimos que cambiar la metodología, porque es un nuevo contexto”, confía Lobrauco.
Gracias a la tecnología, los responsables de Botines se comunican por llamadas con los chicos. “Tenemos una sistema de cadena de mensajes, también un grupo de whatsapp, armamos listados y en base a eso no encontramos”, cuenta Leandro.
“Los más grandes, quienes son muy importantes para sus familias, se quedaron sin esas changas tan importantes desde los ingresos. Entonces les mandamos videos con entrenamiento, tanto físico como ejercicios de destrezas de rugby, los motivamos para que sigan motivados con el rugby, es una hora que se sienten contenidos. En cuanto al aislamiento en algunos barrios se respeta más que otros, esto sin duda cambió la vida de todos, la mayoría está respetando a la cuarentena”, afirmó el ex medio scrum de Pumas Seven.
En el cierre de la charla con El Hincha, Lobrauco expresa: “Ahora estamos lanzando una colecta de ropa y calzado por que se viene el frío, la encargada es Sabrina y se tienen que comunicar con ella vía whatsapp al 3416917293. También pudimos organizar mejor el voluntariado, que es importantísimo en la estructura. Estamos muy contentos, la gente nos acompañó muy bien, muchos además se sumaron a las recorridas, nos ayudan con la logística, los chicos ven a personas que están haciendo cosas por ellos, saber que no están solos, es muy importante para ellos”.