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Grave situación en la cárcel de Mujeres: denuncian 70 casos de gastroenteritis por falta de agua

La defensora General de Santa Fe, Jaquelina Balangione, explicó que "desde que se estrenó ese edificio hubo problemas con el agua y nunca se le dio una solución". La grave situación afecta a las internas, entre quienes hay embarazadas, y madres con niños que van desde recién nacidos hasta 4 años

Unas 70 internas de la Unidad 5 de Mujeres de Rosario padecen gastroenteritis por falta de agua, denunció este jueves da Defensora General de la provincia de Santa Fe, Jaquelina Balangione, quien consideró que el problema de superpoblación carcelaria «va creciendo» en la provincia. Esta problemática se hizo pública el jueves pasado, cuando un grupo de reclusas hizo un motín con quema de colchones en uno de los pabellones, en reclamo no sólo por la escasez de agua sino también por la falta de ventilación mecánica –está claro que en una prisión, ventanales no hay– y por comida en mal estado. Allegados a las reclusas, incluyen a embarazadas y madres con niños pequeños, desde recién nacidos hasta de 4 años, sumaron que hubo al menos cuatro niños que también se vieron afectados por este virus.

Motín en la cárcel de mujeres: desesperado reclamo por la falta de agua y refrigeración

Balangione sigue de cerca esta situación, que ya se reflejó en dos hábeas corpus presentados el año pasado, por los que la Justicia instó al Servicio Penitenciario a poner las instalaciones en condiciones aptas. Además, explicó que la Unidad 5, ubicada en el Complejo Penitenciario de bulevar 27 de Febrero al 7800, tiene capacidad para 170 internas, pero hay alojadas 237.

«Un tema que me preocupa muchísimo es el Complejo Penitenciario. Están la Alcaidía, la Unidad 5 y la Subunidad 3 de varones, que están todas superpobladas, con un problema que está en todo el barrio: el del agua», detalló la funcionaria judicial.

Además, dijo que la superpoblación en la cárcel de Mujeres «se hace notar» y refirió que la semana pasada «hubo una protesta porque estuvieron tres días sin una gota de agua en un pabellón». Así se refirió Balangione al motín del jueves pasado.

«Hay 70 mujeres con gastroenteritis, es una situación realmente muy dura», agregó, y luego explicó: «Desde que se estrenó ese edificio hubo problemas con el agua y nunca se le dio una solución. Por ahí se compran unos bidones».

“Sólo lo justo y necesario para vivir”

 

En el mismo sentido se expresaron familiares de las internas, en diálogo con este diario y cuyos nombres se preservarán para evitar represalias. Contaron lo que se enteraron de todo por boca de las mujeres privadas de la libertad: “Siempre hubo problemas con el agua, pero nunca se había llegado a esta situación. Como no hay presión, usan una bomba para llenar el tanque, pero cada dos días se rompe y quedan sin servicio. Entonces nos avisan para que les llevemos bidones de agua, pero muchas de las chicas son de otro lugar y otras, sus familiares no tienen dinero, por lo que no tienen forma de conseguir agua”.

Respecto de la gastroenteritis viral que contrajeron las internas, contaron que “el domingo empezaron unas 40 chicas y cuatro niños con fiebre muy alta, diarrea y vómitos, y se siguieron sumando casos». Para este martes, «había 70 mujeres y cuatro niños infectados” y dijeron que se siguieron sumando muchos más casos.

Para los familiares “el virus sigue dando vueltas y como no sale agua para limpiar, la situación es cada vez peor». Las chicas tienen un fuentón con agua y lavandina para lavar los platos y los cubiertos, «pero en los baños hasta ayer (por este martes) no salía agua”.

Por su parte, otra allegada a una de las internas describió que hubo una protesta este martes por la tarde en el pabellón de madres y que se dio porque no podían bañar a sus hijos. «Uno de los chiquitos tenía fiebre y como ya había tenido convulsiones, las mujeres hicieron un reclamo quemando un trapo para que las escucharan. Tendrían que hacer un análisis del agua para saber si es la fuente de propagación del virus”.

A la problemática de la falta de agua se suma la falta de ventilación –muchas de las reclusas no tienen familiares que les lleven ventilador–, la comida en mal estado y la deficiente atención médica, la cual –según denunciaron– se restringe a partir de las 19.  “Si tienen alguna urgencia es difícil que las atiendan. La situación de las presas que están catalogadas como de «alto perfil» es más grave porque tienen que pedir que las traslade el Goro (por el personal del Grupo Operativo de Restablecimiento del Orden), lo que lleva a demoras de horas muchas veces”, describieron.

“Intentan estar un poco mejor entre todo lo malo que están pasando. No están pidiendo una reducción de la pena, sólo lo justo y necesario para vivir”, reflexionaron los familiares sobre la vulneración de derechos de las mujeres privadas de la libertad.

Condiciones infrahumanas de detención 

La problemática de la superpoblación en las cárceles de la provincia fue visibilizada desde principios de agosto del año pasado, cuando la defensora General provincial, junto con diputadas y diputados provinciales hicieron una inspección sorpresa en la Unidad Penitenciaria 2 de la ciudad de Santa Fe –Las Flores–.  Esa inspección fue la antesala a la presentación del informe anual ante la Cámara de Diputados de Santa Fe que hizo esa misma semana Balangione.

Advierten sobre condiciones de detención «infrahumanas» en las cárceles de Santa Fe

Hay condiciones infrahumanas de detención”, graficó la defensora General y agregó que la situación que se vive en las cárceles de Santa Fe constituye un hecho de “violencia institucional de tipo estructural” mientras aclaraba que “no es una situación de ahora, es de arrastre”

Una de los participantes fue la diputada provincial del PJ Matilde Bruera, quien señaló que “hay una sobrepoblación carcelaria” de 3.000 presos en la provincia. Son 2.000 del Servicio Penitenciario y 1.000 más en comisarías.

Por su parte, el diputado de la UCR y presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara baja, Juan Cruz Cándido, también se expresó en dicha oportunidad: “Nos encontramos con mucha precariedad” durante la recorrida de Las Flores. “Esto tiene que ver con la posibilidad de que alguien se reincorpore en la sociedad y con los problemas para los agente del servicio. No hay posibilidad de reinserción y tampoco posibilidad de control efectivo y eficiente hacia adentro y eso impacta en el afuera”, advirtió el legislador.

Tras cinco meses, Balangione volvió a insistir este jueves con esta problemática y sumó situaciones de violencia que se vienen registrando en las cárceles de Las Flores, y de la Unidad Penal 1 de  Coronda, debido al hacinamiento, que se agrava con el calor y la falta de talleres.

«No es nada nuevo, es lo mismo que venimos advirtiendo en todos estos años de gestión. Es un problema que va creciendo, no hay freno que se le esté poniendo ni una mirada distinta, que pueda hacer pensar o sostener alguna mejora a la situación», dijo Balangione en declaraciones a Radio Universidad, de Santa Fe.

«Es lógico que en pabellones donde hay personas con problemas de conducta se den peleas. Hay tres internados en el hospital Cullen, uno sobre todo está complicado, está intubado por  una herida en el tórax», añadió.

Respecto de la situación carcelaria en general, reflexionó que «es un problema más complejo, no sólo de capacidad», y consideró que debería haber políticas para «rescatar a esos jóvenes que inician el camino del delito», pero, en cambio, «a todos se les da la misma respuesta, van todos juntos presos a los mismos lugares, con lo que ya sabemos que pasa».

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