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Locura y caos canalla

Tras apoyo masivo en el Monumento, parte de los hinchas provocaron destrozos y enfrentaron a la Policía. Van contra reloj

PRINCIPAL-MARCHA
Una multitud de hinchas de Central se congregó en el Monumento a la Bandera para brindar una especie de apoyo al mal momento de la institución. La cita era a las 19 y rápidamente el Monumento se fue tiñendo de azul y amarillo. Una vez concluida la pacífica marcha, la cual tenía como punto final la sede canalla, varios grupos se fueron dispersando provocando diferentes destrozos.

El objetivo principal era el domicilio del ex presidente Horacio Usandizaga, en Salta y Entre Ríos, pero la manzana estaba impenetrable por la custodia policial que tenía.

De ahí, cerca de mil personas se propusieron otro objetivo: llegar a las inmediaciones de la cancha de Newell’s. En el Coloso, doscientos hinchas leprosos hacían una especie de guardia en la puerta 6, la entrada principal del estadio.

El rápido accionar de la Policía impidió lo que hubiese sido una batalla campal. De todas maneras, los hinchas canallas provocaron todo tipo de destrozos en su andar. Finalmente, sesenta fueron los detenidos por la TOE, en Dorrego al 1600, pero había más en otras comisarías..

Inclusive un grupo de simpatizantes, que eligió la calle Pellegrini se adueñó de un cuatriciclo policial, para luego prenderlo fuego, pero fueron alejados por personal policial mediante balas de goma.

Otros decidieron tomar por calle Entre Ríos con la sola intención de destrozar bares y pintar paredes. Algunos eligieron focalizarse en el negocio del ex presidente Pablo Scarabino, que sufrió una agresión, en la esquina de Córdoba y Corrientes.

Otro grupo más minúsculo intentó apostarse en el domicilio del ex asesor legal e hijo de Horacio Usandizaga, Manuel, pero se encontró con una fuerte custodia policial en Güemes al 2000.

La mayoría de los detenidos, cuya cifra pasaría los cien se encuentran repartidos en cuatro comisarías de la zona céntrica.

En cuanto al saldo de lesionados entre los agentes del orden, apenas fueron tres, igual número de móviles destrozados por los irascibles hinchas.

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