Inundaciones en campos y ciudades complican al norte de Santa Fe, donde, en algunas localidades y parajes de los departamentos Vera, 9 de Julio y General Obligado cayeron más de 800 milímetros en 30 días, aunque esperan que la situación mejore por el cese del alerta meteorológico.
Según indicó el secretario de Protección Civil de la provincia, Marcos Escajadillo, hay unas seis familias evacuadas en la ciudad de Reconquista. Además, el funcionario informó que mañana se sobrevolará la zona en helicóptero para llevar alimentos y ayuda sanitaria a las familias que habitan los parajes rurales que quedaron totalmente aislados por el anegamiento de los caminos.
Por otra parte, alrededor de 3 millones de hectáreas cultivables están totalmente anegadas, por los que los productores de la zona solicitaron ayuda, ya que no se puede cosechar el girasol y se retrasa aún más la siembra de soja.
Pese a que cesó el alerta meteorológico, ayer por la mañana volvió a llover en varias localidades del departamento Vera, por lo que allí la situación se agravó, al acumularse más de 800 milímetros en los últimos 30 días y casi 300 desde el 1º de enero, según indicaron a El Ciudadano desde el sitio web www.veranoticias.com.ar.
Según Escajadillo, el principal problema es el anegamiento de los caminos rurales. En esa zona de la provincia, muchas familias habitan en campos y parajes, por lo que quedaron totalmente incomunicadas; sin poder acceder a alimentos ni ser evacuados por tierra.
Si bien el cese del alerta trajo algo de alivio, para mañana esperan que llegue agua que escurre desde Santiago del Estero, donde también los caminos de tierra están anegados.
Derrumbe en el cementerio
El cementerio municipal de la ciudad de Santa Fe fue cerrado ayer al público debido a un derrumbe en el sector 126, donde ayer por la madrugada cayeron cerca de 100 nichos mientras llovía con mucha intensidad.
Las autoridades clausuraron además por precaución los sectores 127, 136, 145, 146 y otras zonas linderas al área más afectada.
Voceros municipales indicaron que las paredes que cedieron venían soportando daños estructurales desde las inundaciones de 2003, cuando una buena parte del cementerio quedó bajo el agua.
El mal estado de la necrópolis de la capital provincial había sido objeto hace un par de años de sendas presentaciones en el Concejo Municipal y en la Cámara de Diputados de la provincia.
En esa oportunidad, el diputado Héctor Acuña había solicitado que se declare al cementerio en situación de emergencia y que se asignasen fondos para hacer las reparaciones pertinentes.