La troika integrada por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo dio luz verde ayer para entregar un nuevo tramo del préstamo concedido el pasado año a Grecia “a principios de noviembre”, crucial para evitar el cese de pagos de este país. Se trata de un rescate de 8.000 millones de dólares que impone más ajustes presupuestarios de los que ya están en marcha, con un marco de fondo de airadas protestas sociales y un paro general sindical dispuesto para el próximo 18 de octubre.
La delegación tripartita anunció que llegó a “un acuerdo con las autoridades sobre la política presupuestaria y económica requerida para enderezar nuevamente el programa económico”.
Cuando las conclusiones de la troika sean aprobadas por la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI), “el tramo de 8.000 millones de euros estará disponible, probablemente a principios de noviembre”, señala el comunicado conjunto dela Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.
No obstante, las tres instituciones prevén que el gobierno griego tome “medidas adicionales” en los presupuestos de 2013 y 2014 para cumplir los objetivos de reducir el déficit fijado en el plan.
Al término de una auditoría iniciada a principios de septiembre, que fue suspendida temporalmente para obligar al gobierno a reforzar las medidas para reducir el déficit, la delegación considera “esencial que las autoridades hagan hincapié en las reformas estructurales” de reducción del sector público y de liberalización de la economía en Grecia.
La troika también señala que el éxito del plan de ayuda al país sobreendeudado “sigue dependiendo de la movilización de la financiación adecuada” por parte de los socios y acreedores privados del país.
Los dirigentes europeos, que deben confirmar sus intenciones en la próxima cumbre europea del 23 de octubre, discuten ahora la reestructuración general de la deuda griega para que el país y la eurozona superen la crisis.