La organización ambiental Greenpeace anunció que presentará una denuncia por considerar que el barco Arctic Sunrise, en el viajaban los 30 militantes que se encuentran arrestados en Rusia -entre ellos dos argentinos-, fue secuestrado en forma ilegal, al tiempo que denunciaron malas condiciones de los detenidos.
«Durante la detención de la tripulación se produjeron graves irregularidades», aseguró en una conferencia de prensa brindada en Rusia Alexander Mukhortov, el abogado que representa a Peter Willcox, capitán del Arctic Sunrise.
«El buque fue abordado por hombres armados sin identificarse, que usaban máscaras y pistolas y apuntaban a las personas a bordo. Tomaron el control de la nave, confiscaron objetos personales y todos fueron puestos bajo custodia sin que ninguna de estas acciones fuera documentadas».
En tanto, Sergei Golubok, otro de los abogados de Greenpeace Internacional, afirmó que «en algunas de las celdas hace frío y hay cámaras de video durante todo el día y no todos los detenidos tienen acceso a agua potable suficiente».
Greenpeace también objetó que se transporte a los activistas en autos policiales y describió que «algunos de los detenidos han sido trasladados durante 4 ó 5 horas a las audiencias de la Corte en Murmansk en celdas sin comida, ni calefacción ni acceso a un baño».
Por otra parte, Greenpeace confirmó que esta semana se realizarán las audiencias de apelación contra las detenciones de los 30 activistas. Durante la conferencia de prensa también se informó que el mecánico del buque, Mannes Ubels, visitó la embarcación y envió una carta al FSB (Servicio Secreto Ruso) para expresar sus preocupaciones sobre el mantenimiento del barco.
«Dentro de poco, el generador de a bordo dejará de funcionar. El barco no tendrá un sistema de alarma para detectar fugas de agua en la sala de máquinas», dijo Ubels al Comité Investigador. Y añadió: «Con respeto les solicito que me permitan hacerme cargo del barco para evitar un daño mayor o lo que sería peor, que el barco se hunda».