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Greenpeace en el parque huerta

Los alimentos adquiridos por los miembros de la organización internacional se usarán para elaborar la comida de la tripulación del buque Esperanza, que estuvo hasta ayer en la ciudad y que convocó a más de 6 mil personas.

“Nos sentimos orgullosos de que la gente de Greenpeace se hayan acercado a comprar nuestras verduras, colaborando así con el trabajo que venimos realizando desde hace tiempo”, dijo Antonio Latucca, referente del Programa de Agricultura Urbana, en el parque huerta Tablada, en Gutiérrez y avenida de Circunvalación, luego de que integrantes de la organización ecologista internacional visitaran ayer por la mañana el predio ubicado en de la zona sur de la ciudad. Los productos, cultivados por la Red de Huerteras y Huerteros de Rosario y adquiridos por la ONG, serán utilizados en la elaboración de la comida para los tripulantes del rompehielos Esperanza, el mayor buque de Greenpeace, que permaneció anclado en el puerto de Rosario durante cuatro días y partió ayer rumbo a Buenos Aires.

Luego del recorrido de los miembros de Greenpeace por el solar de la zona sur, los huerteros devolvieron gentilezas y recorrieron la embarcación que anoche la noche estuvo amarrada en el muelle de la Estación Fluvial.

Alimentación: factor clave 

“El programa de huertas de Rosario es un ejemplo de política pública a replicar, a mejorar. Esperemos que siga creciendo, que siga teniendo más hectáreas, más huerteros, más producción de alimentos para abastecer a la ciudad de Rosario” sostuvo Franco Seghezzo, de Greenpeace, y remarcó la importancia de colaborar con el medio ambiente consumiendo productos orgánicos.

En este sentido, el joven activista explicó: “Una parte fundamental del barco es cómo nos alimentamos, por eso queremos dar el ejemplo y demostrar que tres o cuatro veces por día podemos hacer elecciones que puedan cambiar la situación ambiental de donde vivimos”.

“Es necesario que los alimentos que compremos sean locales y que sean ecológicos, libres de agroquímicos”, agregó Seghezzo, y exhortó a la población a aprovechar la producción de sus regiones. Al respecto, Latucca puso de ejemplo al programa Kilómetro Cero, una tendencia global que se implementa actualmente en las ciudades europeas de Ámsterdam y Barcelona y que consiste en que los habitantes de esas localidades consuman alimentos producidos a no más de 100 kilómetros de distancia del lugar donde viven.

“Nos asombró mucho también el conocimiento sobre alimentos ecológicos, de todo el mundo, que tiene el cocinero del Esperanza, un muchacho mexicano muy joven pero que sabe mucho, además, sobre la preparación de platos étnicos”, agregó Latucca.

Finalmente, el referente del parque huerta hizo hincapié en la importancia que tiene la clase de alimentos que se ingieren sobre el cambio climático.

“Las huertas son un claro ejemplo de cómo se puede contribuir con este trabajo, entre otras cosas, a una mayor absorción de los suelos”, concluyó Latucca.

Una multitud al Esperanza

Más de 6 mil personas visitaron la nave Esperanza, el buque de mayor porte de la flota de Greenpeace, el cual ancló el domingo pasado en el muelle de la Estación Fluvial, abrió sus puertas al público el lunes y partió ayer rumbo a Buenos Aires.

La estadía de la embarcación en la ciudad se dio en el marco de la campaña “Salvemos a los bosques”, que impulsa la ONG internacional y que tiene como objetivo informar y difundir acerca de la deforestación y su impacto en el medio ambiente.

La gira comenzó a principio año en Mar del Plata, donde el buque amarró en el puerto de La Feliz y motivó a muchos turistas, como también habitantes de esa ciudad, a conocer la nave e interiorizarse por los desastres naturales provocados por el desmonte. El Esperanza emprendió su viaje a Rosario desde la costa atlántica el jueves pasado y así arribó a las aguas del Paraná, permaneciendo en la ciudad 4 días.

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