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Gremios del transporte despiertan por Ganancias

La demora del gobierno en definir los cambios en el Impuesto a las Ganancias será el eje de la reanudación de actividades de un sector clave del sindicalismo peronista.

La demora del gobierno en definir los cambios en el Impuesto a las Ganancias será el eje de la reanudación de actividades de un sector clave del sindicalismo peronista. La Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), que tiene como referentes a Hugo Moyano y a los gremios de colectiveros y maquinistas de trenes, hará un encuentro el martes que viene para iniciar una campaña de difusión respecto de los incumplimientos de Mauricio Macri sobre sus promesas de campaña.

La reunión romperá con la apatía veraniega de los dirigentes sindicales, que apenas dieron señales de vida durante el primer mes del año con comunicados aislados y declaraciones radiales espaciadas frente a una ola de despidos en la administración pública y episodios cada vez más amplios en el sector privado. La característica saliente del encuentro y la campaña es que surgirá en un núcleo al que el Ejecutivo le prestó particular atención desde el inicio del mandato por contar con la mayor capacidad de daño en un escenario de eventual huelga nacional.

La convocatoria de la CATT servirá, además, como puesta al día de los conflictos nuevos y subsistentes de cada sindicato. Por caso, habrá un capítulo especial dedicado a la crisis en la línea aérea de cabotaje Sol, cuyo futuro permanece incierto y a la espera de negociaciones de sus directivos con eventuales interesados en hacerse de sus rutas. El informe correrá por cuenta de Juan Pablo Brey, líder del gremio de Aeronavegantes (AAA) y miembro de la Federación de Sindicatos aeronáuticos (FAPA).

También expondrán los referentes del sector marítimo y portuario, encabezados por Juan Carlos Schmid, que preside la CATT y también la federación sectorial (Fempinra). El dirigente le contó a este diario que los sindicatos de la actividad mantuvieron una reunión con el nuevo subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Jorge Metz, para plantearle la necesidad urgente de un plan de inversiones para mantenimiento y renovación de equipos fluviales.

De todos modos, habrá preocupaciones comunes de todos los gremialistas del transporte por enunciar durante el encuentro del martes. Entre ellas, el inicio de la ronda de negociaciones salariales, que para los sindicatos del sector se dará de manera escalonada entre marzo y mitad de año.

Para los sindicatos más estratégicos de la CATT la falta de precisiones en el gobierno respecto de los subsidios al transporte es la inquietud central: tanto los colectiveros de UTA como los maquinistas de La Fraternidad dependen directamente de esa decisión política para organizar su reclamo salarial del año. Pero también, aunque en menor medida, lo es para los gremios aeronáuticos ligados a la estatizada Aerolíneas Argentinas, así como para otras organizaciones que operan en segmentos fuertemente cruzados en los últimos años por la intervención estatal.

La confederación fue el primer núcleo gremial que mantuvo una reunión formal con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El funcionario, de familia sindical, conoce del denominado “poder de fuego” de las organizaciones del transporte, que de hecho se puso en juego durante los paros generales del año pasado contra Cristina de Kirchner, que tuvieron mayor contundencia cuando contaron con la adhesión de la UTA y La Fraternidad. Y Moyano, como uno de sus principales referentes, ya se encontró mano a mano con Macri poco después de su triunfo electoral.

Sin embargo –o justamente por eso– se trata de un sector visualizado por el gobierno como difícil de alinear. El jefe la CGT Azopardo y del sindicato de Camioneros hostigó en varias declaraciones y comunicados los primeros pasos de la política económica oficial, en particular con la mira puesta en el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay. Al funcionario le endilgan, cerca de Moyano, ser el ideólogo de la advertencia a los gremios de que pedir mucho en paritarias es poner en riesgo el nivel de empleo en cada sector.

Con ese escenario, y a falta de cumbres grandilocuentes de verano entre dirigentes de las tres CGT -hasta ahora Triaca y su equipo lograron impedirlas, como informó este diario- la reunión del martes de la CATT se perfila como la primera referencia en el sindicalismo peronista de cuál será el temperamento de los dirigentes frente a las paritarias, el acuerdo social que promueve el gobierno y los ítems pendientes, como los cambios en Ganancias y asignaciones familiares, y la entrega de fondos extraordinarios para las obras sociales.

En paralelo, otros espacios comenzaron a dar a conocer advertencias sobre situaciones puntuales. Entre ellos, la Confederación de Sindicatos del a Industria de la Alimentación (Casia) reclamó ayer un aumento de por lo menos un 40% en las asignaciones familiares (otra promesa de campaña) y su universalización.

Mientras que con la mira puesta en la pérdida de empleo por el parate en la obra pública, ayer hubo una movilización de la Unión Obrera de la Construcción, de Gerardo Martínez, hacia el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) de Buenos Aires para exigir la reanudación de tareas.

Se trata, hasta ahora, de llamadas de atención individuales de las que no pareció hacerse eco ninguna de las fracciones de la CGT, que todavía negocian en silencio una eventual reunificación para los primeros meses de este año.

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