La decisión del gobierno nacional de desconocer la paritaria nacional docente –reemplazando por una resolución a nivel de ministerios uno de los artículos de una ley, la 26.075 de Financiamiento Educativo– generó el malestar y el paro general en los gremios de la educación pero también puso en guardia a todas las organizaciones gremiales de las tres centrales obreras. En ese marco, dirigentes de sindicatos locales participaron de una mesa en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario en la que recorrieron la historia misma de las convenciones colectivas de trabajo y el riesgo que comenzó a correr el instituto, entendido como el mecanismo “más igualitario, democrático y transparente” para acordar no sólo los salarios de los trabajadores sino las condiciones en las que se desempeñan y la protección que garantiza su salud y su integridad física.
“Paritarias. Logros pasados, desafíos futuros: la lucha del movimiento sindical”, fue el eje de la actividad, organizada por la Secretaría de Capacitación, Investigación y Estadística de la CTA Regional Rosario y la Secretaría de Acción Social y Derechos Humanos de la Coad, el gremio de los profesores universitarios. El panel iba a tener como protagonista clave a la titular de Ctera, Sonia Alesso, precisamente la confederación gremial que tras nueve convocatorias –la primera se constituyó oficialmente como tal en 2008– se quedó sin paritarias a nivel federal por decisión unilateral del gobierno nacional. Pero, en el marco de la fuerte pulseada de los trabajadores de la educación para forzar la reposición de la mesa, la dirigente docente se excusó: debió viajar para una reunión de emergencia por amenazas de muerte a uno de los miembros de la mesa directiva, el titular del gremio de docentes bonaerenses (Suteba) Roberto Baradel.
El panel se completó entonces, con los demás participantes, entre ellos los dirigentes Antonio Ratner (secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales), Matías Layús (titular de La Bancaria Rosario), Edgardo Carmona (secretario general del Sindicato de Prensa Rosario), Anahí Fernández (titular de la Conadu), el abogado laboralista Francisco Iturraspe y la jueza Lucía Assef (vocal de la Cámara de Apelaciones del Trabajo).
La mesa, además de aportar a la difusión pública del las características, importancia y los efectos de los acuerdos alcanzados en paritarias en la vida de los trabajadores, surgió de hecho como un ámbito de intercambio de información entre los gremios que participaron, entrolados tanto en la CTA como en la CGT y en el Movimiento Sindical Rosarino.
En ese marco, a modo de introducción el abogado Iturraspe recordó que poco tiempo atrás se cumplieron 100 años de la primera mención explícita de los derechos del trabajador con rango constitucional: fueron parte de la carta magna de México, que entró en vigencia el 31 de enero de 1917.
Después hablaron los dirigentes gremiales, que hicieron hincapié en la interrupción que significó la última dictadura en la evolución de los derechos de los trabajadores y cómo los sindicatos debieron invertir años hasta recuperar terreno tras la recuperación de la democracia.
Ratner, en ese marco, habló sobre el largo recorrido hasta llegar a instituir las paritarias en su ámbito, cuando la legislación excluía de la discusión al trabajo doméstico, al trabajo rural y al personal de la administración pública, entre ellos a los municipales.
Layús, en tanto, hizo hincapié en el largo recorrido de los bancarios, que recién en 2004 lograron recomponer la discusión paritaria en todo su alcance. Y Carmona reflexionó sobre la fractura del movimiento sindical, lo que llevó a que durante buena parte de las últimas dos décadas se continuaran homologando los convenios colectivos de 1975, ante la debilidad de las organizaciones de los trabajadores para forzar mejores condiciones que las logradas entonces.
Pero todos coincideron en que el riesgo es la total suspensión del mecanismo, como ya sucedió.