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Grito agónico y victoria: la Lepra ganó con gol de Chiaverano

El ciclo Larriera arrancó con el pie derecho. El equipo dio buenos indicios, Banega demostró que puede ser importante y la mentalidad ganadora le dio el triunfo a los 49 minutos por no resignarse a un empate que era inmerecido

Newell’s inició el ciclo Larriera con una sonrisa. El gol agónico del juvenil Chiaverano puso el 1-0 sobre Central Córdoba y desató el delirio en el estreno en la Copa de la Liga. Fue el premio a no resignarse, a ir por el partido hasta el final. Y le dio justicia a un resultado que si terminaba 0-0 iba a quedar con sabor a poco.

“Equipo en construcción”. Ese es el cartel que lleva colgado Newell’s en este inicio de la Copa de la Liga. La intención se pudo ver. Presionar alto, no tener la pelota en demasía, ser vertical aunque a veces implique un pelotazo largo, y tratar de jugar en torno a Ever Banega. De a ratos se pudo, en otros momentos las imprecisiones lógicas de los resabios de la pretemporada coartaron los intentos de ataque. Así y todo, la Lepra fue dominador een gran parte del partido y tuvo chances para irse ganador, aunque el gol llegara en el epílogo.

“Vine para jugar”. La frase de Ever Banega en conferencia fue contundente. Y Mauricio Larriera no dudó en darle titularidad a pesar de los pocos días de trabajo con sus compañeros. Y el capitán leproso enseguida intentó ser el conductor, el ideólogo del equipo. A veces retrasado, más cerca de los centrales; otras más cerca del área rival, donde un pase suyo puede lastimar, o como sucedió a los doce minutos, un dribling entre varios rivales con rebote favorable lo dejó en posición de gol, aunque su remate apurado se fue desviado.

Newell’s se mostró desde el inicio con intenciones ofensivas, sin tanto preámbulo de toque de pelota lateral, como en el proceso anterior. Pero tuvo un primer tiempo donde mostró imprecisiones en el pase y algo de enredo con la pelota al acercarse al área. Aguirre peleado consigo mismo, Schor demasiado acelerado, May peleando más que jugando y Méndez y Martino sin claridad ofensiva fueron las razones del por qué la Lepra no pudo trasladar dominio a chances de gol. Y cuando lo logró, Lobo Medina le anuló el grito de Aguirre por una supuesta falta de Schor en el área que dejó muchas dudas.


El esquema 4-1-4-1 parece ser el elegido. Aunque ese dibujo varía, como cualquier otro. Franco Díaz es el cinco, con buen criterio con la pelota y siempre posicionado correctamente; Banega suelto y Sotelo como un interno por derecha, con obligación de presión y recupero, pero también de jugar. Esa es la idea, que necesita de laterales y extremos más eficaces, algo que Larriera deberá trabajar.

Newell’s había hecho mérito para ganar. En especial en el tramo final donde apretó al rival con un Aguirre más efectivo, un Martino que desbordó cada vez que quiso  y el peligro que presentaba el ingresado Ramírez. Y los caprichos del destino hicieron que el gol lo hiciera el jugador que ingresó por Banega. A los 34 minutos Larriera sacó a un Ever muy cansado y puso el pibe Chiaverano, y en la agonía del partido, Glavinovich se soltó en ataque, combinó muy bien con Ramírez, y en posición de extremo zurdo sacó un centro para que Chiaverano sólo tuviera que empujar la pelota a la red.

Y la victoria tuvo más valor porque en el final, la atropellada de Central Córdoba metió un remate en el travesaño y en el rebote, Macagno evitó el gol tras un remate de Sanabria a quemarropa que iba inevitablemente a amargarle el debut a Larriera. No fue así, la Lepra arrancó con un triunfo y este 2024, al menos en el inicio, mostró un aura positiva que permite ilusionarse.

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