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Grupo R: amigos y profesionales marcaron un hito en la arquitectura y en la historia rosarina

Durante 10 años realizaron debates, invitaron a profesionales extranjeros, abrieron la arquitectura a la ciudad y dejaron huella en el país. El equipo estaba formado por arquitectos Gerardo Caballero, Rafael Iglesia, Gonzalo Sánchez Hermelo, Augusto Pantarotto, Marcelo Villafañe, Rubén Fernández, José María D’Angelo, Augusto Pantarotto y Rubén Palumbo. Hace poco recibieron una distinción en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires

Por Ana C. Berdicever

La arquitectura es una forma de expresión que refleja la cultura, los valores, las costumbres y los anhelos de una sociedad y le da identidad a una ciudad. Rosario tiene un patrimonio arquitectónico único, distinto a otras ciudades de Argentina. Hubo un grupo de profesionales que durante 10 años lo puso en valor: con debates, invitaciones, charlas, recorridos  situaron a la ciudad en el centro de los debates sobre arquitectura contemporánea. Se trata del Grupo R que en octubre  pasado recibieron una distinción por toda su gran labor  en la bienal de arquitectura de Buenos Aires.

Es de mañana y cuatro de los miembros de Grupo R están reunidos en una de las esquinas más europea que tiene la ciudad. Frente a la Aduana, en Maipú y Urquiza. Ruben Palumbo, el Pitu Fernández, Gerardo Caballero y Gonzalo Sánchez Hermelo charlaron, rememoraron sus inicios y contaron qué es lo que hicieron, por qué marcaron una época en la ciudad y en el país y sobre lo que significó la distinción recibida ya que algunos de los miembros fallecieron en el transcurso de todos estos años.

El surgimiento del Grupo R

El grupo comenzó alrededor de 1991. “Fue una acción que comenzó en el ‘91 y fueron 10 años de actividad de forma consecutiva”, dijo Pitu Fernández. Siguió contando que eran un grupo de amigos que se conocían antes de formar el grupo.

Surgió de forma espontánea y Pitu recuerda una anécdota: “En esos años Gerardo Caballero estaba viviendo en Estados Unidos y había tenido contacto con el arquitecto catalán Enric Miralles Moyay lo trajo como novedad a Rosario en 1991. A partir de ahí surgió la idea de organizar más eventos e invitar a figuras de la arquitectura nacional e internacional. “Para mí fue un momento bisagra, de ahí surgió algo que nosotros tampoco teníamos dimensión de lo que podía surgir”, expresó y contó que realizaron un congreso en el antiguo Centro de Convenciones del Patio de la Madera, en mayo de 1991, bajo el nombre de «La Construcción del Pensamiento». Durante cinco días, unas 2200 personas pasaron por el auditorio de Santa Fe y Cafferata para escuchar a personalidades como Enric Miralles, Mario Gandelsonas, Mario Corea, Clorindo Testa o Justo Solsona. “Vino gente de Paraguay y de Uruguay a escuchar”, recordó el Pitu.

 

 

Gerardo Caballero por su parte señaló que tenían los contactos para poder invitar gente del exterior y que había una situación económica en el país que facilitaba traer gente del exterior y contaban con el apoyo del Parque España. “Eran eventos que tenían mucho interés por parte de la comunidad de la arquitectura de Rosario y además no era solo traer gente, es decir cada ciclo tenía un tema; un título un interés algunos se llamaban prácticas conceptuales que eran  esos arquitectos que a nosotros nos interesaban porque ejercían la profesión, pero también ejercían de alguna manera el pensamiento; otro ciclo fue sobre la arquitectura española que habíamos traído de todas las regiones del país ibérico: del País Vasco, de Sevilla, de Barcelona, de Madrid,  de La Coruña que también nos daban una imagen diferente de lo que sucedía de un momento muy bueno de la arquitectura española donde el foco mundial estaba puesto ahí”, y recordó que aquellos profesionales llegaban a Rosario con un poco de inquietud, a ver qué había en Rosario.

Los arquitectos extranjeros se quedaban casi una semana, no sólo eran las charlas: era vivir la cultura rosarina, salían a comer, caminaban la ciudad, apreciaban el río…

“Habíamos hecho un ciclo que se llamaba arquitectura lejanamente cercana, que eran esas arquitecturas que estaban lejos, pero que para nosotros estaba muy cerca porque  teníamos mucha afinidad con la arquitectura española y la arquitectura portuguesa por ejemplo y no tanto con la arquitectura de Buenos Aires quizás por el tipo de trabajo;  o la escala a lo mejor. Después quisimos hacer un ciclo que se llamaba arquitectura cercanamente lejana que eran las que estaban acá en la zona quiero decir Brasil, Paraguay, Uruguay,  Chile que no se conocían. Realmente había una desconexión muy grande. Hoy ya no tendría sentido porque la arquitectura Sudamericana está muy conectada”, recordó.

Ruben Palumbo, actualmente presidente del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia de Santa Fe,  mencionó que había un docente de la Facultad que acompañaba al disertante y así  el mundo universitario estaba conectado también y muchos de los profesionales de la carrera han podido vivir esa etapa.

Gonzalo Sánchez Hermelo indicó que esos grandes eventos se dieron gracias a la amplia difusión que tuvieron a nivel nacional.

Erre, de Rosario y erre de recuperación y renovación

El nombre surgió en el transcurso de los debates. Necesitaban tener una identidad para que los identifiquen. Ya existía un grupo R en Barcelona.

El 21 de agosto de 1951 se constituye en Barcelona el Grup R, una asociación formada por un grupo de arquitectos con el objetivo de reflexionar, según el primero de los artículos de sus estatutos, sobre «los problemas del arte contemporáneo y en especial de la arquitectura». Bajo la letra R, capitular de Renovación y Recuperación cultural y arquitectónica, el grupo reunía a miembros de dos generaciones de arquitectos: los que habían iniciado sus estudios inmediatamente antes de la Guerra Civil, y los que lo hicieron al terminar la contienda. Estas dos generaciones se unían bajo el interés común de promover una arquitectura internacional a partir del movimiento moderno, y rechazaban la arquitectura monumental fascista y académica que imperaba en la época franquista.

Entre los que formaban el grupo estaba Oriol Bohigas autor del proyecto del Parque España en Rosario. Con su permiso, tomaron el mismo nombre en un homenaje al grupo catalán.

Y la erre de Rosario, claro.

El grupo no se disolvió, el grupo sigue latente ya que es un grupo de amigos, pasa que algunos ya no están como Rafael Iglesias, Marcelo Villafañe y el Gringo D’Angelo.

Premio al aporte y a la trayectoria

El pasado 12 de octubre la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires 2024 reservó un momento especial para la ciudad de Rosario; en especial para la historia de su arquitectura, ya que en esa jornada se distinguió con el Premio a la Trayectoria al “Grupo R”.

Ruben Palumbo expresó: “Fue un premio a la trayectoria del grupo R por el aporte a la arquitectura y a la cultura; por toda la trascendencia que tuvo la labor del grupo R”.

Para González Hermelo el premio fue muy merecido. “Cubrimos no solo a nivel local sino a nivel nacional un espacio que era necesario y fue disparador de muchas otras cuestiones”, contó y agregó que «aquellos eventos modificaron la cabeza de algunas cátedras que venían de otras  líneas de pensamientos y  nosotros celebramos esos cambios, pero  nos fuimos lo que los que generamos y sino que propusimos otras instancias».

 ¿Cómo ven la arquitectura rosarina en la actualidad?

 “Rosario siempre ha tenido buena arquitectura. Siempre se ha hecho buena arquitectura. Hay un hay un legado que se va transmitiendo”, soltó Gerardo Caballero.

Para Pitu Fernández hay “un valor urbanístico. En la ciudad, en los últimos 30 años, se ha provocado una transformación desde el punto de vista urbanístico, inédita, tal vez haya sido de las ciudades en Argentina la que más cambió su  fisonomía porque esta acción que se generó hace 30  años cuando empezó la democracia de recuperar los espacios públicos, mucho tuvo que ver el proyecto de Oriol Bohigas con la transformación del Parque de España;  hay una acción desde el punto de vista urbano que mejora la calidad de vida de la ciudad. Yo no sé si en Argentina hay una ciudad que mejoró tanto su calidad de vida espacial del punto de vista de recuperar los espacios públicos como es Rosario y por otro lado  estos episodios que hubo en forma constante durante 10 años fueron acciones, no solamente para el ámbito específico de la arquitectura sino también que la ciudad acompañó”.

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