No hay herramientas intelectuales suficientes para analizar la guerra santa que está utilizando Estados Unidos para sustentar golpes de Estado en países de Latinoamérica. Así puede resumirse la tesis de Enrique Dussel, académico, filósofo, historiador y teólogo, al analizar el derrocamiento de Evo Morales en Bolivia y el panorama político regional.
Entrevistado por la periodista mexicana Carmen Aristegui y replicado por el portal Explícito, Dussel recordó que “Bolivia era el país más pobre junto con Haití, y ha aumentado su porcentaje de riqueza como ningún otro. Nadie podía esperar una reacción ahí. Un primer tema es cómo reacciona un sector de clase que habiendo estado en la pobreza y gracias a los gobiernos progresistas ingresan a una clase media. Tienen otras aspiraciones que no son salir de la pobreza. Hay un cambio en la subjetividad. Se pasa a la subjetividad consumista que cree que ciertos proyectos de derecha pudiesen solucionar sus nuevas aspiraciones”.
“Católicos vs. evangélicos”
Agregó el teólogo que “quienes salieron de la pobreza en Bolivia son sujetos que en el fondo aspiran a ser un consumista neoliberal. Y ahí entra un factor: en un golpe de Estado como el de (el militar chileno Augusto) Pinochet, los que dirigieron ese proceso, lo mismo con los militares argentinos, decían que tenían que afirmar una civilización occidental cristiana católica de derecha contra el comunismo”.
“Un nuevo fenómeno son las iglesias evangélicas que están apoyando el proceso brasileño y en Bolivia, con un hombre desaforado como (Luis Fernando) Camacho, que dice algo esencial: «Vamos a sacar de los lugares públicos la Pachamama y vamos a imponer la Biblia». Pero esa biblia no es la católica, es la de los grupos evangélicos. Toma la cultura popular de los pueblos originarios como un horrible paganismo que el cristianismo debe reemplazar a rajatabla.
Es una biblia evangélica que viene de las sectas norteamericanas que cambia la subjetividad. Se propone que el hombre deje sus costumbres ancestrales, deje las borracheras y se proponga trabajar y entrar en la sociedad consumista capitalista burguesa”, señaló Dussel.
Además, racismo
Sumados a estos factores, señala Russel que “en Bolivia se da por un lado la blanquitud, el blanco que desprecia al indígena, a las cholas, que consigue con la doctrina de la OEA de (su secretario general Luis) Almagro. Eso da un panorama en América Latina que hay que abordar con mucha seriedad”.
“Las tradiciones aymaras, que además vienen siendo influenciadas por cinco siglos de catolicismo, se enfrentan ahora con los evangélicos. Va a ser una especie de lucha religiosa pero que es esencialmente política. Eso explica otra cosa: la teología de la liberación, que es cristiana pero se apoya en los pobres contra los ricos. «Bienaventurados los pobres, malditos los ricos». Eso es invertido en los grupos evangélicos. Eso supone toda una revisión histórica teórica que la izquierda no está habituada, porque proponía el ateísmo como condición de ser transformador. Se encaraba al indígena y como éste tenía toda su condición religiosa no sabía cómo tratarlo y se lo rechazó. Y ahora hay que asumirlo y enfrentarlo a un evangelismo pronorteamericano”.
Evangélicos y la OEA
Los evangélicos, señala Dussel, “le dan un sentido: «Deja todas esas costumbres nefastas, hazte un hombre austero, trabajador, bien organizado y saldrás de la pobreza porque Dios te va a bendecir con una riqueza aceptable». La riqueza es considerada como en el antiguo calvinismo como una bendición de Dios. La Pachamama es el origen de la pobreza”.
“Esa biblia reinterpretada desde un hombre moderno norteamericano es el origen de la posibilidad de una nueva Biblia, eso es hoy usado por la OEA y la nueva política norteamericana que se está retirando de Medio Oriente. Se habían alejado de América Latina, pero como en Irak e Irán han sido derrotados, vuelven a Latinoamérica y la quieren recuperar. Eran sutiles los métodos pero hemos vuelto a los golpes de Estado”, remató Dussel.